En esta prédica aprendemos que las emociones como el enojo, el miedo y la ansiedad pueden ser útiles para aumentar nuestra confianza en Dios, aunque en ocasiones sean complejas, difusas y desagradables.
La vida del hombre es como una estrella fugaz en la línea eterna del tiempo de Dios; aprendamos lo que significa la eternidad en el corazón de los hombres.
Los adultos y jóvenes de infancia limitada por carencias son los compradores de los juguetes que no tuvieron de niños y mantienen su tendencia de recuperar aquella ingenuidad infantil. Aprendamos de esta tendencia cómo podemos crecer en fe.
Nacimos para triunfar, ser victoriosos y ganadores, pero el sabor a pérdida es parte del proceso hacia una conquista superior llena de oportunidades.
La posibilidad de que ocurra un suceso depende de muchas variables, pero una promesa que Dios ha hecho siempre se cumplirá, por eso es de sabios comprender la diferencia y aceptar la soberanía de Dios.