Somos codiciosos cuando pensamos que Dios tiene cosas maravillosas que no quiere darnos.
Las promesas que Dios ya te ha hecho no caducan hoy.
Las manifestaciones de Dios también son para que tomemos acción.
Las probabilidades que un individuo tiene de salir victorioso no se miden por la difícil temporada que está viviendo, sino por cómo reacciona ante ella.
La fe por sí sola no atrae las cosas buenas, pero sí nos inspira a caminar hacia ellas.
Escríbenos