24 de diciembre de 2024
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Cuando el profeta Isaías describe el nacimiento futuro de Jesús habla en plural, está hablando de un Rey y señalando que Dios nos daría a su propio hijo. Entre sus reales títulos se describe que sería llamado Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz, también describe que Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás.[1]
Debemos vivir agradecidos porque Dios nos dio a Su hijo y con Él todas las cosas para que le recibamos y no sigamos tan solo pidiendo y pidiendo, sino agradeciendo lo que Dios ya nos ha dado: Su único Hijo. Si Dios ya lo dio, ¡debemos recibirlo! Y si ya lo recibiste, deberías estar más ocupado en darle gracias a Dios, por lo que ya tienes,—lo que te dio y recibiste, que con aquello que aún no tienes.
En lugar de llorar por sufrimientos, deberíamos de estar llorando por agradecimiento, pero la gente le pone más atención al mal que le pasa, que causa un impacto tan fuerte en sus emociones y pensamientos y aún altera la conducta del ser humano. En lugar de eso podemos ponerle atención a lo bueno que nos pasa, que también debería alterar nuestra conducta, nuestras emociones y provocar nuestro agradecimiento.
Que el afán de la vida no te gane. Haz un recuento de tu celebración y piensa: ¿Tienes a Jesús y celebras a Jesús? Jesús debe entrar en nuestro corazón y estar en Él. Entre sus títulos de realeza Jesús es Admirable, todos deberíamos de admirar a Jesús. No hay adoración que no implique una admiración a Él.
Es admirable la manera en que nos ama, la manera en que nos perdona es admirable, admiramos Su misericordia que la estrenamos cada mañana. Admirable es cómo nos abre puertas en la vida, cómo hace todas las cosas con excelencia, así como el milagro del agua que convirtió en excelente vino. Jesús es Admirable para hacer milagros.
Dios le da a Jesús el trono de David su padre y Jesús y les dice a los discípulos, yo les daré a cada uno de ustedes un trono: 12 tronos. Solamente Jesús puede hacer algo así, que le dan un trono y reparte doce. Qué todo el mundo diga que es Admirable, piensa por unos segundos algo que admiras de Él. Jesús es paciente con los tiempos, nosotros todo lo queremos rápido y ahora, nos desesperamos, pero Él siempre supo esperar el momento exacto para los acontecimientos.
Si alguien te puede dar un consejo es Jesús por eso es llamado Admirable Consejero. En las Escrituras están sus consejos, es Dios todopoderoso es Padre eterno y Príncipe de paz. Su paternidad es eterna y es imposible que pueda perderse. Eterno es Él como persona. Cuando nacemos de nuevo Dios nos da su Espíritu y nos hace partícipe de la naturaleza divina para siempre.
Vino entre su pueblo, pero ellos no le recibieron. Todos los que le recibimos venimos a ser hijos de Dios, nos confiere ese derecho con todos los títulos y privilegios de hijos.[2] A todos nos dio a Jesús su hijo, y además de darnos al hijo, nos dejó claro los títulos que el hijo tiene.
Entonces, el Padre nos dio a su Hijo Jesús, y cuando lo recibimos nos convierte en hijos dados al Padre. Miles, millares de nombres se han inscrito con el derecho de ser hijos de Dios y también nos ha conferido títulos como templos del Espíritu Santo, reyes, sacerdotes, nación santa, pueblo adquirido por Dios.
Dios nos reconoce de esa manera, como lo hizo con Moisés al llamarlo con el título de mi siervo y Abraham, con el título de mi amigo. Usa tus títulos, no los que te pone el mundo. Tú no eres lo que tu apodo es, tú eres lo que Dios dice que eres. Él es bueno realmente. Él es misericordioso. ¡Gracias Jesús!
[1]Isaías 9:6-7 (RVR1960): Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
[2]Isaías 9:6-7 (NBV): Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo y él tendrá el gobierno sobre su hombro. Estos serán sus títulos de realeza: «Admirable», «Consejero», «Dios poderoso», «Padre eterno», «Príncipe de paz». Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás. Gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha empeñado en realizarlo.
[3]Juan 1:11-12 (RVR1960): A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
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