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Tener fe es semejante a esperar estrellas y contar estrellas

Tener fe es semejante a esperar estrellas y contar estrellas

16 de septiembre de 2025

Tiempo de lectura: 5 minutos

Desde el día que Abraham le creyó a Dios la promesa de una tierra y Su bendición para su descendencia hasta el día de hoy, Abraham es referido como el padre de nuestra fe y ese acto de fe le fue contado por justicia.[1] De hecho, ese día Dios lo desafió a contar las estrellas del cielo y añadió que, así como las incontables estrellas, sería su descendencia sobre la tierra.

Un modelo de fe para creerle a Dios

La noche no había caído del todo; la luz del día alumbraba el lugar en donde Abraham conversaba con Dios. Más adelante se indica que cayó la noche oscura sobre Abraham; ahora sí podía contar las estrellas, pero antes de eso solo las había imaginado, pues era de día y con la claridad no es posible ver estrellas en el firmamento.

Si podía ver las estrellas de día no es algo implícito, pero al ver lo que cita el libro de Hebreos 11:1, es más fácil comprender que todo fue un acto de fe.[2] Por eso, podemos afirmar: Señor, aunque no pueda ver las estrellas, puedo creer que allí están; es más, hasta puedo contarlas. De esa misma forma, creeré en las promesas de provisión y sanidad para mi familia y mi descendencia.

Sin embargo, en la escena de Abraham y la visita de Dios, ya tenía listo todo para presentar una ofrenda de sacrificio a Dios cuando cayó la noche.[3] Entonces, sí es posible afirmar que la fe es como esperar estrellas y contarlas; aunque pierdas la cuenta, sigue contando. De la misma forma, desarrolla una profunda y fuerte convicción en Sus promesas.

¿Cómo desarrollar convicciones firmes?

Mientras nuestra fe va creciendo, el Espíritu Santo te recordará Sus promesas.  Debemos ser personas que saben esperar en la Palabra de Dios con unas sólidas convicciones de su cumplimiento. Tener fe es semejante a esperar estrellas y contarlas una por una.

Lo primero es tener la certeza de lo que se espera. Para ser una mejor persona, debemos aprender sobre la paciencia de esperar como lo hace un agricultor que comprende los ciclos de la siembra y la cosecha. Al igual que cuida la semilla y la planta mientras espera el fruto, el cristiano vela su fe y no pierde la certeza de lo que espera porque la Palabra de Dios es viva y eficaz. Entonces, tal cual el agricultor cuida tu semilla con todo su potencial, cuida tu siembra porque el fruto tomará un tiempo en llegar, pero pronto podrás verlo.

Espera tus promesas, como esperarías que salgan las estrellas para contarlas. Aférrate a la Palabra de Dios[4]. Sé constante en la oración[5]. La Biblia nos recuerda que hay que orar sin desmayar de día y de noche. Entonces, si quieres mejorar en tu espera, aférrate a la Palabra de Dios, sé constante en oración y mantén una actitud de gratitud y adoración[6]. De esa manera puedes decir: Señor, aunque no veo fruto, sigo levantando mi adoración y continuaré agradecido por tu bondad, por tu misericordia, por tu mano sobre mi casa y mi familia[7].

Mientras esperamos, crecemos en convicción

Abraham mantuvo sus ojos en la promesa y su convicción se fue fortaleciendo cada día mientras obedecía las instrucciones de Dios[8]. El Espíritu Santo es quien nos revela todo lo que tenemos por herencia gracias a Cristo Jesús. Por eso, tenemos que desarrollar la convicción como la de un arquitecto, que con los planos en mano, sabe muy bien cómo quedará el futuro edificio sin haberlo construido. Así es con las promesas de Dios que traen restauración a nuestra vida.

Para crecer en convicción, desarrollamos la capacidad de obedecer a diario.[9] Porque la fe sin obras está muerta. Nos relacionamos con personas de fe[10]. Debido a eso necesitamos amigos que nos animen a seguir haciendo lo que va con la fe y la obediencia diaria a la Palabra de Dios. Además, debemos recordar las victorias pasadas[11]. Porque la espera no es pérdida, es preparación, y esas victorias nos ayudan a crecer en fe.

La promesa de promesas es Jesús

Si Abraham esperó por Isaac, nosotros podemos aprender a esperar las promesas de Dios. [12].  La promesa de promesas es el nacimiento de Jesús.[13]. Nosotros esperamos la restauración de Guatemala como una nación caminando bajo la bendición de Dios en todo sentido. Simeón era anciano, lleno del Espíritu Santo, y pudo sentirse completo en su visión de ver al hijo de Dios llegando a la tierra[14]. Jesús sigue siendo la luz que todos necesitamos. Te amamos, Señor Jesús. Te esperamos en Guatemala.

Finalmente, lo que Simeón vio era el reino de los cielos estableciéndose en la tierra. Abraham esperó a su hijo. La iglesia espera a Cristo Jesús.  Abraham tenía la convicción de la tierra. La iglesia tiene la convicción del reino de los cielos aquí en la tierra y esperar eso es lo más hermoso.

Referencias

  1. Génesis 15:5 (RVR1960): Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
  2. Hebreos 11:1 (RVR1960): Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
  3. Génesis 15:6-12 (RVR1960): Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.
  4. Génesis 15:5-6 (RVR1960): Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
  5. Romanos 10:17 (RVR1960): Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
  6. Filipenses 4:6 (RVR1960): Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
  7. Habacuc 3:17-19 (RVR1960): Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar.
  8. Hebreos 11:8-10 (RVR1960): Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
  9. Santiago 2:17 (RVR1960): Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
  10. Hebreos 10:24-25 (RVR1960): Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
  11. Salmos 103:2 (RVR1960): Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
  12. Lucas 2:25-32 (RVR1960): El Espíritu le había revelado que vería al Cristo antes de morir. Vivió con esa certeza hasta que finalmente sostuvo al niño Jesús en sus brazos.
  13. Isaías 7:14 (RVR1960): Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

14.Miqueas 5:2 (RVR1960): Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.

 

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