Los niños y jóvenes heredan las promesas de bendición del Señor. Ellos son la generación que continuará con la misión de compartir el mensaje de amor, gracia y salvación a las naciones, por lo que necesitan nuestro respaldo, apoyo para formarse y fortalecerse como hijos obedientes que honran y sirven a su Padre celestial, ya que harán mayores cosas en el nombre de Jesús, en medio de un mundo hostil que intenta poner en riesgo su propósito.
Una conciencia liberada te permite alcanzar y disfrutar bienes inmateriales y materiales; hoy aprendemos la manera en que la sabiduría y la inteligencia de Dios nos empodera para vivir una vida más plena y auténtica.
En esta reflexión aprendemos sobre la calidad de las cosas que vienen en las respuestas de Dios a nuestras oraciones. Dios no tiene categorías de calidad; siempre nos dará lo mejor.
En el atletismo, las carreras con obstáculos se recorren en el menor tiempo posible para llegar a la meta; en la carrera de la fe, los obstáculos emocionales impiden dar fruto, por eso debemos aprender a superarlos.