
Como iglesia hemos confiado en Dios en todo momento.
Hacemos pactos voluntarios que ponen en práctica nuestra fe y a lo largo de nuestra historia hemos visto a Dios obrar de forma poderosa, sabiendo que Él honra el esfuerzo de sembrar una semilla en el ministerio una vez al año.
Jehová te oiga en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas. Y acepte tu holocausto. Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo.
Salmo 20:1-4