El no sólo vino a correr una maratón contigo, dio su vida en la cruz por ti. Dios es un buen padre. El estuvo dispuesto a hacer lo necesario con tal que viviéramos. Al momento de amar, no tuvo condiciones para hacerlo.
La fe y la salvación es un asunto personal, pero hay personas cuya sanidad y conocimiento de Cristo dependen de nuestro servicio.
Tu vida y la de tus descendientes dependen de las decisiones que tomas. No permitas que otros escojan por ti.