04 de julio de 2019
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El sueño de Diana Taylor era tener su propia empresa. Tenía un empleo estable pero de un día para otro se quedó sin trabajo y sin recursos. Aun así, confiaba y creía que el Señor la iba a respaldar. Luego, sus líderes de grupo en casa tuvieron una idea de negocio, pero sintieron que Dios les decía que esa idea era para ella y se la brindaron. Dios le dio los recursos para fundar su empresa y también inversionistas y clientes para hacerla crecer.
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Con nuestros tiempos en manos de Dios viene un ordenamiento secuencial de la información que acelera su perfecta voluntad en forma pronta y cumplida; observa la realidad de Sus promesas desde la esencia de esta enseñanza.
En esta entrega, el aprendizaje es un objetivo y la gratitud una solución; mientras vivimos cerca de Dios, el universo se transforma desde el corazón bajo Su perfecta voluntad.
Esta enseñanza aporta los ingredientes para ser un hijo de Dios que persigue apropiarse del carácter de Cristo en todas las áreas de la competitividad diaria, y lo hace mediante la introspección que beneficia el progreso y la mejoría personal.