16 de julio de 2024
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Jesús habló por parábolas, contaba historias y dejaba un mensaje sencillo y profundo. Así nace la historia del buen sembrador, la buena semilla y tierra que produce al cien por ciento. Jesús afirmó que si esta parábola no se entiende, tampoco las demás de su serie serán comprendidas.[1]
La esencia de Su sabiduría puede lograr grandes cambios en nuestra manera de pensar, pero antes aprendamos las claves que debemos aplicar para tener la mejor cosecha en la vida. La buena semilla es la Palabra de Dios y la tierra es el corazón de los hombres, no podemos evitar ser la tierra donde se siembra la semilla, pero si podemos evitar ser mala tierra.[2]
Oír la Palabra de Dios sin entenderla es como oír llover, porque el malo arrebata lo que iba a ser sembrado en el corazón antes que germine y lo mismo ocurre si cae como en un camino. El ladrón viene y roba lo más poderoso que te pueden poner en el corazón: la infalible Palabra de Dios; toma notas, deja tus redes sociales y presta toda tu atención a lo que Dios está hablando, de lo contrario será semilla tirada en el suelo. Visualiza cuántas cosas puede hacer en tu vida la Palabra con la que Dios pudo crear el universo.
El crecimiento espiritual depende de cuánta Palabra de Dios se ha sembrado en tu corazón y está dando fruto, pero el ingrediente que depende de ti es oírla con fe para que sea bien aprovechada. Si dejas pasar Su Palabra será como una oportunidad perdida para siempre en tu vida y perderás los beneficios de su bendición.[3]
Al empezar a dar fruto pueden aparecer emociones negativas que te lleven del gozo a enfocarte en la aflicción por causa de la persecución. Resiste y gestiona bien tus emociones para mantenerte firme y sigue dando fruto porque sabes que eso es lo correcto. Aprovecha todo ataque de oposición para crecer y volverte fuerte en el Señor, porque es para formar tu carácter. Recuerda que el crecimiento espiritual no es una casualidad y entre más te atacan más fruto puedes dar.[4]
Así como las piedras en la tierra son símiles de la aflicción y la persecución, las espinas son comparadas con el afán y el engaño de las riquezas porque desean destruir el oxígeno que te sostiene, provocando ahogo y muerte hasta evitar que sigas dando fruto y esa es otra emoción negativa.[5]
Adquiere el mejor conocimiento bíblico sobre el afán que te roba la energía, hasta que todo lo veas negativo y te consuma de preocupación. Contrarresta el engaño de las riquezas con el mejor conocimiento bíblico sobre las riquezas, porque la Palabra de Dios está viva y es eficaz, pero hay que buscarla y estudiarla.[6]
El fruto espiritual sale de la Palabra de Dios que está viva y afecta las intenciones, el cuerpo humano, los pensamientos, el alma y el espíritu. Todo tu ser se altera porque Dios está trabajando con Su Palabra en tu vida, solamente limpia y ordena tu corazón para que esté listo y lo demás déjalo en las manos de Dios, porque su Palabra no volverá vacía y hará lo que Dios quiere, para lo que te ha destinado.
La Palabra de Dios tiene los anticuerpos contra el afán y la ansiedad. El beneficio de permanecer en la Palabra de Dios es que todas tus oraciones serán respondidas mientras fructificas abundantemente. Dando fruto encontrarás todas las respuestas a tus oraciones. ¡Nuestro fruto glorifica al Padre![7]
[1]Marcos 4:13 (RV1960): Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
[2]Mateo 13:18-19 (RV1960): Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
[3]Hebreos 4:2 (RV1960): Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
[4]Mateo 13:20-21 (RV1960): Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
[5]Mateo 13:22-23 (RV1960): El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
[6] Hebreos 4:12 (RV1960): Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
[7] Juan 15:7-8 (RV1960): Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
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