29 de noviembre de 2020
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Ya estamos de vuelta en el templo con tres reuniones presenciales cada domingo y quiero iniciar este mensaje motivándote a volver a congregarte. De hecho, las Escrituras nos recomiendan no dejar de hacerlo.[1] Ir a la iglesia no solo es una buena costumbre, sino también una forma de expresar nuestro agradecimiento a Dios. Si bien es cierto que Su presencia está en todas partes, entrar en Su casa para alabarle nos llena de regocijo.[2] Somos agradecidos cuando nos congregamos y, más allá de hacerlo, hagamos que nuestra gratitud sea de lejos notoria.[3]
Ahora bien, así como somos agradecidos con Dios, también seámoslo con las personas. Esto es algo que no cuesta mucho pero que a cambio trae muchos beneficios. Una forma de expresar agradecimiento es con los dones que Dios nos dio. Estos nos fueron otorgados para que Él pudiera edificar a otros a través de nuestro. Como sucede con los dones del espíritu, cuando agradezcamos también procuremos que nuestro mensaje se entienda, pues como lo dice el Nuevo Testamento, hasta en otras lenguas el espíritu es agradecido y desea darse a entender.[4]
En una ocasión entré con unos amigos a un restaurante y nos quedamos maravillados del servicio que nos brindó el mesero, tanto así que entre todos quedamos acordamos hacer una colecta para brindarle una propina especial. De esta forma le expresamos nuestro agradecimiento y él nos dio a cambio un “Muchas gracias”. Nos gustó tanto la atención del restaurante que al día siguiente regresamos al mismo restaurante y casualmente nos atendió el mismo mesero, pero para sorpresa de nosotros, esta vez nos recibió con una botella de vino: “Esta botella no es cortesía de la casa, sino mía. Gracias por regresar a este restaurante”.
La palabra gracias es poderosa por todo lo que implica en sí misma, pero son esas pequeñas acciones de agradecimiento entre unos y otros lo que nos hace mejores personas. En una persona agradecida reina fácilmente la paz de Dios.[5] [6] La gratitud tiene el poder de abrir puertas. Y así como Pablo dio gracias por sus discípulos,[7] yo también quiero dar gracias por las personas. Si no se conectaran a las transmisiones en línea, ¿de qué serviría hacerlas? Si no llegaran al templo, ¿de qué serviría haberlo construido? Si no tuvieran fe, ¿de qué serviría darles Palabra? Si no fuera por ti, por ustedes, nuestros dones servirían de muy poco.
Y tú, ¿por qué y por quiénes tienes que agradecer? ¿Cuándo tu agradecimiento pasará de la palabra gracias a la acción concreta? Nunca dejes de agradecer y recibe todas las bendiciones que solo trae la gratitud genuina. ¡Que Dios te bendiga grandemente!
[1] Hebreos 10:23-25: Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
[2] Salmos 100:1-4: Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.
[3] Esdras 3:11-13: Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová. Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos.
[4] 1 Corintios 4:12-17: Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.
[5] Colosenses 3:14-17: Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
[6] Filipenses 6:6-7: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
[7] 1 Corintios 1:4-9: Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
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