01 de octubre de 2009
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Es importante reconocer el lugar que ocupamos y la posición que tenemos en la vida porque de esa forma sabemos con qué contamos y qué debemos hacer. Identifica y comparte tus virtudes, que los frutos de tus habilidades sean de bendición en la vida de otras personas. Nada es casualidad, el lugar donde vives, a lo que te dedicas y tus circunstancias han sido planeadas por Dios. La suerte no existe para los cristianos. Convéncete de ello porque esa certeza que dará fortaleza cuando sucedan cosas desagradables o no comprendas los designios del Señor.
Desobediencia que trae consecuencias
Jonás 1: 1-7 dice: Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir. Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos. Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
Dios envió a Jonás a llevar un mensaje de arrepentimiento porque deseaba salvar la ciudad. Pon atención y nunca menosprecies un mensaje de Dios. Él puede utilizar a un gran predicador o a un niño para hablarte, la Biblia es Su palabra pero también puede serlo un mensaje en una calcomanía. No catalogues el mensaje por el mensajero. Cierta vez me quebranté al leer un versículo escrito a mano en una cartulina que estaba pegada en la parte trasera de un vehículo. A pesar de la forma tan sencilla, Dios me habló a través de es mensaje.
Jonás huye de la presencia de Dios a pesar de haber sido designado como Su mensajero. Muchas veces nos sucede lo mismo cuando sabemos que estamos en pecado y evitamos la confrontación del Señor.
Jonás estaba enojado y su desobediencia le trajo serias consecuencias. El enojo, apatía, frustración y tristeza también tienen el poder de alejarnos de Dios e interponerse en la realización de sus designios. Entonces las cosas empiezan a salir mal. Conocí a una persona que vivió una mala época. Primero chocó su carro y luego chocaron el de su esposa. Los negocios empezaron a ir mal y la suegra se mudó a su casa.
Cuando sientas que todo te va mal, revisa tu comportamiento y actitudes porque puede que allí encuentres la razón de tus problemas.
Nota que Jonás dormía en medio de la tormenta, mientras los otros clamaban a Dios. Sabía que la desgracia que sufrían era su culpa. Ten en cuenta que todo lo que haces o dejas de hacer pone en riesgo a otras personas, especialmente tu familia.
Jonás 1:14-17 relata: Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos. Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
Cuando Dios quiere tratar con nosotros, nos aísla para darnos oportunidad de reflexionar. La soledad es una situación que afecta seriamente a los humanos, pero es mejor a que la muerte nos sorprenda en desobediencia, enojo y pecado.
La tripulación del barco no creía en Jehová, sin embargo le ofrecieron sacrificio e hicieron votos porque fueron testigos de Su poder cuando calmó las aguas, les salvó la vida y los perdonó.
El enojo que nos debilita
Jonás 3: 1-10 relata: Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
Jonás 4:1 comenta: Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.
Finalmente Jonás obedece y lleva el mensaje a la ciudad. Muchos se convierten pero a pesar de ello, Jonás se enoja de nuevo. Acá reside el mensaje que el Señor quiere compartirnos. Hay sentimientos que gobiernan al ser humano que lo hacen negarse a la voluntad de Dios.
Diariamente nos relacionamos con personas que tienen la habilidad hacer surgir lo peor de nosotros. Tal vez te has librado de alguna cuando enseguida se presenta otra peor. Manejar estas situaciones y personas es difícil si no permites que Dios trabaje en tu vida y entre en tu corazón.
El enojo no es malo por sí mismo. La Palabra dice que podemos airarnos pero no pecar porque esto permite que el diablo intente dominarte.
Esto quiere decir que el enojo es malo si nos hace perder el control y evita que hagamos la voluntad de Dios. El que se enoja siempre pierde.
Si hay personas que te han hecho daño y recibieron misericordia de Dios a pesar que clamaste justicia, no te equivoques y agradécele Su sabiduría. No permitas que tu enojo te haga juzgar a otros porque el Señor no puede respaldar tus juicios y te sentirás decepcionado sin razón.
Jonás no había superado su culpa y no pudo soportar que Dios ayudara, bendijera, o tuviera misericordia con los demás. Recuerde que Su justicia no es la nuestra y Él sabe el momento y el lugar para obrar. A veces queremos que Dios castigue a personas que nos han hecho daño, cuando Él busca perdonarlos, salvarlos, rescatarlos, redimirlos y restaurarlos, de la misma forma que lo hizo contigo.
Eres eslabón en una cadena de salvación
Dios había escogido a Jonás y no desistió ante la desobediencia de este. Al ver una cadena notamos que funciona gracias a la unión de sus eslabones. Un eslabón aislado no sirve de nada pero la suma de ellos hace que la cadena funcione y será tan fuerte o débil como el eslabón lo sea. Dicha cadena deja de ser efectiva en el momento en que uno de los eslabones se debilita. La familia, nuestro equipo de trabajo, el grupo de la iglesia son cadenas y existen gracias a la coordinación y ensamble de cada uno de sus elementos.
Tú eres eslabón de una cadena y Dios tiene proyectos para tu vida que involucran a los otros eslabones con los que te relacionas. Los eventos que te afectan también son importantes para las personas próximas y son parte de los planes que deben cumplirse. Esa es la razón por la cual insistirá contigo y no buscará a nadie más, como no lo hizo con Jonás. Si te sientes solo, si nadie te llama o busca, seguro el Señor está trabajando contigo para cumplir su proceso de salvación. Debes estar dispuesto a trabajar en la misión que tiene encomendada para ti. Él quiere que lleves luz y bendición para que todos a tu alrededor sean rescatados.
Otro ejemplo puede ser el de la viuda que debe pagar una deuda pendiente de su difunto esposo. Cuando el acreedor llega a cobrar le dice que como pago acepta que le de a sus hijos como sirvientes. Entonces un profeta la ayudó porque Dios así lo quiso. Las deudas esclavizan y las circunstancias de la vida se deben enfrentar en familia. En los momentos de adversidad involucra a todos porque unidos saldrán adelante, pero es difícil si algún eslabón de la cadena es débil. Busca unidad en tu familia, educa a tus hijos porque Dios quiere que participen en el proceso de restauración y vean lo que es capaz de hacer en la vida de quienes le obedecen. Si dos o más se ponen de acuerdo en una misma cosa, el Padre se los concederá.
Él ha querido llevarte a una dimensión diferente donde puedas ver cómo el reino funciona a tu favor. Toma la decisión correcta y libérate de los sentimientos negativos que no te permiten obedecerle y avanzar.
El rey Saúl no tuvo la suerte de Jonás. Su rebelión fue tal que lo derrocaron. Contradecir los designios de Dios es una poderosa razón por la que una persona puede condenarse.
Dios te ha escogido, insiste en trabajar en tu corazón y moldear tu carácter. Quiere llevar luz, prosperidad, salud y restauración a tu Nínive, o sea a tu casa. Acepta el reto, es tiempo de escuchar lo que desea que hagas y obedecerle sin dudas ni temores.
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