17 de noviembre de 2019
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Pablo reprende a Timoteo por dejar que el fuego que había dentro de él se apagara. Le dijo que para avivarlo de nuevo debía cambiar de actitud. Las persecuciones que estaban atravesando dejaron dentro de Timoteo una secuela de miedo. Pablo le recuerda que el Señor había puesto dentro de él un espíritu de poder, amor y dominio propio, no uno de cobardía.[1] Si quieres experimentar un avivamiento en tu vida debes ser valiente.
Cuando el rey Saúl estaba buscando a alguien que tocara el arpa, sus criados mencionaron a un joven llamado David.[2] Aunque el rey lo buscó por sus habilidades musicales, Dios lo había llevado al palacio con otro propósito. El Señor va a permitir que la gente te busque por una razón específica, para luego revelar sus verdaderos planes.
El pueblo de Israel fue amenazado por los filisteos porque tenían un guerrero temible llamado Goliat.[3] Este estaba bien armado y contaba con todos los recursos disponibles para luchar.[4] Goliat estaba preparado para la batalla pero cometió el error de ignorar quien era su oponente. En tus luchas cotidianas no puedes ignorar quien es el diablo, él es un ser derrotado, exhibido públicamente en la cruz del calvario. Tu victoria está garantizada, solo debes creerlo.
El pueblo de Israel creyó las palabras de Goliat, no hubo necesidad de que él los venciera, porque el miedo ya los había derrotado.[5] No son los problemas los que te derrotan, son los miedos. No creas ninguna mentira que el diablo te diga,[6] recuerda que él ya fue vencido, no debes temerle.
David antes de la batalla escuchó varias voces pero le prestó atención solo a la que hablaba de la recompensa que le iban a dar al que venciere a Goliat.[7] La voz que decides escuchar determinará tu victoria en cada batalla. ¿Qué estas escuchando más en tu vida, las amenazas,[8] la envidia,[9] la incredulidad[10] o las promesas de Dios?
La victoria que tuvo David ante Goliat se empezó a gestar cuando decidió enfrentar leones y osos, mientras cuidaba las ovejas de su padre.[11] Los riesgos que hoy tomas preparan tu carácter para las batallas que vendrán en el futuro.
David logro vencer a Goliat cuando lo hizo sentir como perro y no como gigante.[12] David provoco miedo en Goliat usando las palabras adecuadas.[13] Escoge las palabras apropiadas y demuéstrale al diablo que él te debe tener miedo y no tú a él. No te preocupes por lo que tiene tu enemigo. Préstale atención a quien está a tú lado y te darás cuenta de que el Dios que te acompaña te dará la victoria.
[1]2 Timoteo 1:1-8: Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
[2]1 Samuel 16:17-19: Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él. Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas.
[3]1 Samuel 17:4: Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.
[4]1 Samuel 17:5-7: Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.
[5]1 Samuel 17:8-11: Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.
[6]1 Samuel 17:16: Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.
[7]1 Samuel 17:26-27: Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere.
[8]1 Samuel 17:23-24: Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.
[9]1 Samuel 17:28-29: Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?
[10]1 Samuel 17:33: Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.
[11]1 Samuel 17:34-37: David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.
[12]1 Samuel 17:41-43: Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.
[13]1 Samuel 17:45-47: Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
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