El poder de la resurrección

De acuerdo con el diccionario, resurrección es volver a la vida que se tenía antes de la muerte, por eso se dice que resucitar es revivir. Otros significados dicen que es la renovación de algo que había disminuido su actividad o que había perdido su actualidad. También es la renovación de alguien que estaba decaído física o moralmente. Es decir, al conocer a Jesús experimentamos esa renovación de vida. Sin embargo, el significado también se asocia a una cuestión de fe porque la muerte de un ser vivo es irreversible. Somos dichosos porque la explicación sobre la resurrección es mediante la fe.

La celebración del Domingo de resurrección es importante porque creemos esa resurrección y estamos aquí por un propósito eterno gracias a la fe que ejercemos; pero si no creyéramos, nuestra fe sería vana.[1] Si no creyéramos en la resurrección de Cristo todavía estamos en pecado.[2]

¿Qué provoca el poder de la resurrección en nuestra vida? Primero: esperanza viva y herencia que Jesús reservó para todos.[3] Aprovechemos Su sacrificio, pues de lo contrario nos volvemos indiferentes y caeríamos en el error de menospreciarlo. Segundo: transformación. La obra que Dios inició en cada uno de nosotros está perfeccionándose cada día hasta Su venida. La resurrección venció a la muerte y se convirtió en victoria.[4] También provoca vida porque destruye al pecado para que no le sirvamos más.[5] Cuando renacemos en Cristo estamos bajo Su gracia, no bajo la ley.[6]

La vida está en la resurrección de Cristo.[7] Recordemos que primero resucitarán los muertos que murieron en Él[8] a causa de nuestra fe. En sus muertes también está nuestra esperanza y victoria porque las pérdidas son una siembra que debe caer en tierra para morir y provocar un fruto abundante.

Dejemos de lado el luto porque celebrar la resurrección traerá consuelo a nuestra vida. Por último, hay dos beneficios de la resurrección: la gracia abundante[9] y lo sobrenatural. Cuando Jesús entregó el Espíritu, muchos cuerpos se levantaron y salieron de los sepulcros. Él tiene poder para levantarnos de la muerte,[10] por eso nuestra fe es sobrenatural.

Puede que haya sueños que estén sepultados, pero resucitarán porque Dios se manifestará a nuestro favor. Lo sobrenatural comenzará a acontecer a nuestro alrededor cuando dejemos de ser naturales. Nuestro Padre es sobrenatural, por ello podemos experimentar lo que nadie más puede ver. La resurrección es la entrada a la vida eterna.

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[1] 1 Corintios 15:12-14: Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.

[2] 1 Corintios 15:16-17: Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 

[3] 1 Pedro 1:3-4: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.

[4] 1 Corintios 15:51-54:  He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

[5] Romanos 5:6-7: Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

[6] Romanos 5:14: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

[7] Juan 11:25: Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

[8] 1 Tesalonicenses 4:14-16: Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

[9] Hechos 4:33: Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 

[10] Mateo 27:50-53: Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

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