El temor a Jehová es el principio de la sabiduría

La sabiduría de Jesús, el rey Salomón y José el hijo de Jacob, gobernador de Egipto es lo más sobresaliente del tema. El sabio Salomón le pidió a Dios sabiduría para gobernar, pues tuvo la oportunidad de oír a Dios diciéndole pide lo que quieras.[1] Si Jesús se te aparece hoy y te dice pídeme lo que quieras, ¿qué le pedirías? Para escoger lo mejor y lo bueno pidamos a Dios un corazón entendido.

Viene un avivamiento de sabiduría

Este año buscamos un avivamiento de sabiduría. Según el sabio Salomón esto requiere un corazón entendido, por eso le pidió a Dios sabiduría para gestionar y gobernar lo que pusiera en sus manos y lo recibió porque es más importante trabajar en esos procesos que tan solo recibir los beneficios finales.[2]

El pensamiento hebreo sobre la sabiduría

Un proverbio contiene dichos que expresan el significado del conocimiento aplicado y las habilidades para lograrlo. El pensamiento hebreo describe a los escultores como sabios, pues no solamente se observa su trabajo final, sino la técnica y la pericia para esculpirlo. Porque un sabio es aquel que sabe aplicar el conocimiento y eso es lo que expone el libro de Proverbios.[3]

Respeto para Dios es el primer punto para ser sabio

No es posible entrar al avivamiento de sabiduría sin revisar la raíz correcta de un profundo respeto a la presencia de Dios. El Espíritu de Dios reposaba sobre Jesús por la sabiduría y atributos divinos que manifestaba en todo lo que hizo.[4]

Moisés aprendió el temor de Dios cuando se le pidió que se quitara el calzado de los pies.[5] ¿Qué es lo que Dios pide que quitemos de nuestra vida para estar cerca de Su presencia?

El Espíritu Santo nos guía a tomar las mejores decisiones

Cuando se tiene el temor de Dios asociado a la toma de decisiones el resultado es una alineación exitosa para no fallarle a Dios.[6] El mismo Faraón pudo reconocer que el Espíritu de Dios reposaba sobre José [7] y nadie más le superaba en inteligencia y sabiduría para asumir una posición de gobernador sobre toda la nación.[8]

El temor de Dios trae paz y bendición

Lo que menos deseaba José era fallarle al Señor, y ese fue el factor clave para cosechar la provisión, las riquezas y el poder que recibió a lo largo de su vida.[9]

Finalmente, Dios es bueno, pero es necesario comprobarlo. Si necesitas protección y seguridad hay ángeles de Dios a tu alrededor para defenderte, si necesitas provisión recuerda que nada le hace falta a los que le temen.[10]

Referencias

[1]1 Reyes 3:5-12 (RV1960): Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.

Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

[2]1 Reyes 4:29-34 (RVR1960): Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor.

Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría.

[3]Proverbios 9:10 (RVR1960): El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.

[4]Isaías 11:1-5 (NBLA): Entonces un retoño brotará del tronco de Isaí, y un vástago dará fruto de sus raíces. Y reposará sobre Él el Espíritu del SEÑOR, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. Él se deleitará en el temor del SEÑOR, y no juzgará por lo que vean Sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan Sus oídos; sino que juzgará al pobre con justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra. Herirá la tierra con la vara de Su boca, y con el soplo de Sus labios matará al impío. La justicia será ceñidor de Sus lomos, y la fidelidad ceñidor de Su cintura.

[5]Éxodo 3:1-6 (RVR1960): Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.

Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

[6]Proverbios 3:5-7 (RVR1960): Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal.

[7]Génesis 39:7-9 (RVR1960): Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: he aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?

[8]Génesis 41:37-39 (RVR1960): El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.

[9]Proverbios 14:26-27 (RVR1960): En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos. El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.

[10]Salmos 34:7-10 (RVR1960): El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.

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