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Eres formidable

Eres formidable

25 de marzo de 2008

Tiempo de lectura: 10 minutos

 

 

Juan 2:11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.    

¿Cómo es posible que Jesús haya manifestado su gloria a través de convertir el agua en vino?  Aquí entran muchas dudas, si se puede tomar vino, lo que no puede hacer es embriagarse con vino.  Pablo le dijo a Timoteo, por causa de tus enfermedades estomacales toma un poco de vino, vino es figura del Espíritu Santo.  Obviamente el Señor no hizo el vino para que la gente se emborrache, porque en otra parte de la Biblia prohíbe embriagarnos.   Hay cosas curiosas de las que quiero hablarles porque son muy reveladoras. 

Todos aquí sabemos que Dios suple para nuestras necesidades, parece ser que cuando le pedimos a Dios para las necesidades nuestra conciencia nos da permiso de orar, conciencia ministrada por nuestros hábitos religiosos que pudimos haber adquirido desde niños, pensamientos de personas que se pusieron en el nuestro, pero no necesariamente basados en principios bíblicos o en enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.  Dígame ¿Qué necesidad suplió Jesús al convertir el agua en vino?  Esa no es una necesidad básica, lo hizo en una fiesta, eso no era una necesidad elemental y básica para que el ser humano sobreviva, entonces parece ser que si uno le pide al Señor ropa cuando no tiene ninguna, es valedera, comida cuando no tiene nada, es valedero, pero si usted le pide algo más de lo necesario, eso es vanidad y eso en realidad no es vanidad.

Jesús convirtió el agua en vino, ese milagro no lo hizo para satisfacer una necesidad básica, ni para que se embriagaran, porque ya lo estaban, dice la Biblia que ya no había vino, se había acabado. El Señor estaba demostrando que empezaba todo un ministerio de milagros.

El primer milagro que Jesús hace no fue liberar a alguien, ni sanarlo, el primero fue convertir agua en vino y en esa fiesta entendieron que él era poderoso para hacer milagros.  

El Señor nos dice con este milagro que no todo lo que le pedimos tiene que ser para nuestras necesidades, si así fuera, entonces el primer milagro que hecho hubiera sido el de multiplicar los panes y peces, de esta forma, la gente hubiera dicho que Jesús había saciado el hambre de la gente, pero Jesús le dio de comer a la gente en ese momento no porque no tuvieran dónde o con qué comer, sino porque estaban multitudes allí sentados por todo el día y él quería seguir dándoles palabra.

Vemos que Jesús tiene el poder para hacer cualquier tipo de milagro en nuestra vida, no sólo el milagro de las cosas que realmente necesitas para sobrevivir, acudimos al Señor para que nos sane de la presión alta, para que nos sane el corazón, el páncreas o los riñones, acudimos a él para que nos sane todos los males, pero no acudimos a él para tener una calidad de vida, sólo acudimos a él para no estar en el hoyo, no oramos para que nos lleve a la cima.

El Señor no solo está interesado en lo que te hace falta, no sólo está interesado en que no seas un desempleado, él está interesado en que tengas el mejor empleo, no está interesado en pongas una empresa pequeña, él está interesado en que puedas superarte y puedas hacerlo como empresario, no está interesado en que encuentres quién te da una beca para estudiar, él está interesado en que seas el mejor estudiante.   Si se da cuenta el primer milagro no tenía que ver con comer o vestir, sanidad o liberación, el primer milagro que hizo fue un milagro de excelencia, si algo el mundo y nuestro comportamiento necesita son estándares de “excelencia”.

El Señor hizo el mejor vino, esta historia la conocemos todos.

Juan 2:9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,     10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora.

Versión Biblia al Día

Juan 2:9 Cuando el maestro de ceremonias probó el agua, que ya se había convertido en vino, al no saber de dónde procedía (aunque, claro está, los sirvientes lo sabían), se acercó al novio.  –Este vino es formidable– le dijo.  ¡Eres diferente a todo el mundo! Por lo general los anfitriones usan el mejor vino primero, y después, cuando la gente ya está satisfecha y no les importa, les sirven el vino barato.  Pero tú has guardado el mejor hasta el final.

Si Jesús está con usted cosas formidables pasaran en mi vida, familia y trabajo.

Cuando haces las cosas buenas te separas de los malos, y cuando haces cosas formidables te separas hasta de los buenos. Dios nos hizo nacer para hacer cosas formidables y ser diferente que todo el mundo.

¿Qué es lo que te diferencia del resto del mundo? Te diferencias cuando haces cosas que otros no hacen como tú las haces. 

El Señor separa a unos de otros, en el sentido de hacerlos avanzar, de bendecir, cuando las obras que haces empiezan a estar por encima de la calidad de lo que otros hacen, así es como se diferencian los estudiantes.  Cuando haces algo formidables se dan cuenta que eres diferente a los demás, tu siempre quieres que Dios te levante y él lo hace a través de aprovechar cada oportunidad que llega a tus manos para que lo hagas de manera “formidable”.

Cuando te toque presentar un reporte aquí en la iglesia, en tu trabajo, cuando te toque entregar una tarea llévala de tal manera que en la mesa donde se ponga se note la diferencia entre tu trabajo y el de todos los demás y cuando se den cuenta que siempre lo haces así, van a preguntarte por qué lo haces diferente y tú podrás responder: “Soy un hijo de Dios y aprendí que mi Señor cuando hizo vino lo hizo bien hecho, hizo el mejor y así hago yo todo”. 

La gente cree que dar un buen testimonio es poner una grabadora con coritos, eso es tratar de hacer un culto cuando tiene que trabajar, creen que eso es un buen testimonio, eso no es un buen testimonio, eso es música, un buen testimonio se da cuando vas a la oficina y te miran bien vestido, bien peinado, lustrado, bien rasurado, bien oloroso y cuando lleguen y te vean entrar no te distingas por los coros que cantas sino por el comportamiento que tienes y así dirán “Aquí viene un verdadero hijo de Dios”.   Jamás pida trabajo diciendo: “Si usted me da este trabajo Dios lo va a bendecir”, no usted debe decir: “Yo estoy aquí para que con mi calidad de trabajo “formidable” su empresa salga bendecida”.

Si el evangelio no afecta nuestro comportamiento diario, no ha hecho nada, si el evangelio no afecta nuestra calidad de servicio y de trabajo no ha hecho nada, si el evangelio no afecta la calidad de trato en la familia no ha hecho nada, nos hemos dedicado a cantar coros durante mucho tiempo y ya basta de dedicarnos a eso únicamente, tenemos que levantar las vidas con excelencia, el primer milagro que Jesús hizo fue de “excelencia”.

A veces no sabemos leer y uno piensa que Jesús sirvió el buen vino lo sirvió de último, pero en realidad el buen vino fue el único que sirvió Jesús, porque el primer vino no lo sirvió él, entonces él no fue el que sirvió el buen vino de último.   Entonces me puse a orar porque en mi conocimiento anterior mal adquirido le dije “Señor: ¿Por qué serviste de último el mejor vino si ya no lo iban a poder degustar bien?”  y me respondió: “No lo serví de último, fue el único que serví, además, sea de primero o de último yo no se hacer algo de menor calidad que no sea lo mejor”.

El Señor no sabe hacer cosas que sean de baja calidad, cuando hizo el mar, la tierra, los cielos, las estrellas y cuando te hizo a ti… todo lo hizo “formidable”.

El Señor hizo el mejor vino porque no sabe hacerlo de otra forma, Dios le da la lluvia a buenos y a malos y hace llover sobre justos e injustos.  Hizo el mejor vino lo fueran a beber o no, eso era problema de ellos, y así es Dios con todo, él hace lo mejor, para que lo usas tú, eso es tu problema, pero él ya resolvió el suyo que es no hacer nada inferior a lo mejor.   En tu trabajo has lo mejor, lo que haga la empresa es problema de la empresa;  como ciudadanos tenemos que hacer lo mejor, lo que hagan los gobiernos es asunto de ellos, yo procuro de corazón predicar lo mejor que puedo qué hace usted con la palabra que le doy es su problema, si usted decide renovar su mente y avanzar es problema suyo, el mío es estar delante de Dios buscando la mejor palabra para dárselas, es como servir el vino formidable, ahora, para qué lo va a usar es asunto suyo, mi responsabilidad fue librada, cumplida.    Cuando nos tocó construir acá fue formidable, lo que usted hace con las instalaciones es problema suyo.  Yo estoy tratando de componer Guatemala, de arreglar su cultura, su educación, su manera de comportarse aquí y afuera.

Cuando Jesús va a hacer algo en tu vida no esperes menos de lo mejor, pero tu fe hace que pienses en lo inferior.   Aquí vemos que el maestresala le dice al novio “eres diferente a todos porque de primero sirven el buen vino y de último inferior”.  El vino que tocaba hacer era el inferior, porque ese era el que se tenía que servir porque ya habían bebido mucho y ya no tenían paladar para sentir un buen vino, pero como Jesús no sabe hacer nada inferior, no se trata del momento en el que se sirve, se trata de que si lo va a servir el Señor va a servir lo mejor.  No es cuestión de que tu vida antes o después es mejor o peor, es cuestión de que en Cristo Jesús sea antes o después tiene que ser la mejor etapa de tu vida, la etapa formidable, la etapa donde la gente te vea, te sienta el sabor a un buen cristiano.   Eso es lo que tenemos que hacer, tenemos que entender, comprender que el Señor no ha diseñado nada inferior a lo mejor para tu vida. Jesús solo sirve lo mejor.

Haz las cosas como las hizo Jesús para ser diferente a todo el mundo.  No importa como los demás se comporten en este mundo, jamás hagas las cosas para competir contra alguien, has las cosas lo mejor que puedas porque ese es el estilo de Nuestro Señor Jesucristo.  Quiero repetir esto, el vino que sirvió Jesús no suplió la necesidad básica de nadie, el primer milagro fue para demostrar que venia para darnos lo mejor, por eso él dijo: “He venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” nos vino a dar vida, vino a dárnosla vida “en abundancia”.

Dijo que nos daba de su Espíritu “sin medida”, cuando entregó su vida en la cruz del Calvario, lo entregó todo, cuando derramó su sangre, no derramó sólo un poco, la derramó TODA, no se murió de un ataque al corazón, dio su sangre hasta que no quedó nada en su cuerpo, hasta que lo que sigue después de la sangre empezó a salir;  si nos iba a redimir lo iba a hacer bien hecho, cuando Jesús derramó su sangre la derramó toda, porque él no sabe hacer nada inferior a lo mejor.   El cristiano se va a caracterizar por hacer lo que hace de la mejor manera posible.  Dice la Biblia que saber hacer lo bueno y no hacerlo es “pecado”, de hecho es la única definición clara en toda la Biblia de lo que es el pecado.

Principios para hacer cosas formidables o de alta calidad.

1.  Reconoce el tiempo.  Juan 2: 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.

Para hacer algo correcto, debe ser hecho en su tiempo.   A muchos matrimonios no les ha ido bien porque lo han hecho fuera de tiempo, es bueno casarse pero no a los 14 años, entonces las cosas buenas se vuelven correctas cuando se hacen en el tiempo que deben de ser hechas.  Es bueno trabajar pero puedes empezar tan temprano que dejes a un lado tus estudios.  Hay que entender cuándo el tiempo de hacer las cosas llegan, Jesús no lo hizo antes, no lo hizo después, ni cuando le insinuaron que tenía que hacerlo, lo hizo cuando tuvo el discernimiento de que el tiempo había llegado.  Las cosas son correctas cuando se hacen en su tiempo, dejas de estudiar antes de lo debido, no terminas lo que comenzaste y crees que es tiempo de comenzar otra, Jesús para hacer algo formidable comenzó reconociendo que era el tiempo para hacerlo.

2.  Pide consejo.  Juan 2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.

Rara es la persona que sale adelante que no admite necesitar consejo. Para que este milagro ocurriera, los sirvientes recibieron consejo de hacer todo lo que él les dijese. ¿Haces tú lo que tu superior te dice? ¿Tienes la humildad de aceptar que alguien lo hace mejor que tú y le pides consejo para saber cómo hacerlo? ¿O eres de las personas que siempre cree tener la razón?  Cuando una persona no le da la razón a alguien más en la vida, se está limitando porque en la razón de otros está el éxito de uno.  Yo siempre pido consejo.  Si tú no sabes hacer algo busca a un experto que sí pueda hacerlo y deja que él lo haga, es más rápido eso que tratar tú de aprender a hacerlo.  Esta iglesia gracias a Dios ha tenido éxito es porque hay mucha gente haciendo lo que les toca hacer bien hecho, bendigo a Dios por la gente que sabe hacerlo, porque me deja reconocer quién lo sabe hacer mejor, bendigo a Dios porque me deja formar a la gente para que haga las cosas bien hechas, entonces la bendición empieza a verse por todas partes, pero que tu trates de hacer todo en la vida no es lo mejor para que las cosas formidables aparezcan, reconoce que hay que obedecer a alguien más en la vida, si eres una persona que creció siendo rebelde  a sus padres, siempre llevando la contraria, debatiendo las cosas, no dando la razón, siendo orgulloso bota eso, porque quizá allí esté la razón de tu problema de falta de éxito.

3.  Que alguien más controle tu calidad – Busca un maestresala.   Juan 2:8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Lo mandó a control de calidad, quién controla tu calidad, por qué te enfadas cuándo te exigen, la calidad requiere de una exigencia y de un control de calidad.  No habiendo nadie superior a Dios, cuando Dios hizo todo lo que hizo, dice la Biblia que vio todo era bueno, Dios no solo hizo también vio todo lo que hizo y vio que lo hizo bien.   A veces no sometemos al criterio de otras personas lo que hacemos.  Jesús sabía la clase de vino que había hecho, ¿Entonces por qué se lo mandó al maestresala?  Lo hizo así porque él jamás se va a saltar una autoridad, dijo no es a mí que me toca decir que lo hice bien, para eso hay alguien que lo prueba, lleven el vino al maestresala que él sea el que juzgue el vino que he hecho y el maestresala sin saber el milagro se fue donde el novio a decir que lo que había hecho era formidable.  Cuando yo planeo algo normalmente llamo a expertos en las áreas y pregunto qué piensan y por eso salen las cosas bien.   Aún para vestirme pido consejo.

¿Quién mira tu calidad, a quién le preguntas si lo has hecho bien?  No hay domingo que yo no llame a gente de mi equipo y les pregunte cómo oyeron el mensaje, les digo que salgan y que vean como va la gente, si van contentos, si se les ve la fe en los ojos, si van animados.   Siempre debes tener un maestresala que te diga lo bien que estas haciendo las cosas. Busca un maestresala.

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