02 de julio de 2024
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Si has dicho ya me cansé de la forma como estoy viviendo, es tiempo de generar cambios con sabiduría, así como el ejemplo de las hormigas que se preparan para nuevas temporadas.[1] Existen temporadas que simplemente llegan, pero aquellas que están bajo tu responsabilidad es urgente asumirlas pues están diseñadas para cumplir un proceso capaz de formar carácter y dominio propio.
El paso bíblico de asumir los cambios de una nueva temporada le correspondió a Josué para conquistar la tierra prometida, después de estar en el desierto por 40 años, sostenidos por la provisión divina.[2] Ahora salían del desierto con la orden de avanzar y Dios los seguiría. No esperes que Dios haga lo que te corresponde, avanza y Su presencia irá contigo. Al igual que la ley este mandato debía cumplirse, sin embargo anunciaba un nuevo cambio, pues simplemente la ley era buena, pero no tenía la capacidad de salvarnos.[3]
Era necesario que viniera Jesús, Dios hizo el cambio que le costó la vida de su hijo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo para lavarnos del pecado con Su sangre y darnos una morada celestial. Dios se atrevió al cambio, ahora te corresponde hacer tus propios cambios.
Recuerda, se trata de actuar, pero no afanado, porque el afán es el peor enemigo y puede bloquear el cerebro para no ver las oportunidades que Dios tiene para tu vida. Si logra enredarte el afán hace infructuosa la Palabra. No se puede crecer espiritualmente cuando tenemos afán por la vida y el engaño de la riqueza nos abraza. Aumenta tu confianza en la provisión de Dios y busca que esas semillas germinen en tu vida.
Al igual que el hijo pródigo, la actitud en la crisis debe impulsar un cambio total para decidir, me levantaré, iré a mi padre y le diré: he pecado contra el cielo y contra ti. La confianza en su padre lo lleva dispuesto a todo, para mejorar su futuro. El se dio cuenta que malgastó lo que no era suyo, no sabía trabajar y había una crisis en el lugar, con eso quedó en el desamparo y la quiebra total.[4] ¡Hay que aprender de la sabiduría de la hormiga!
Hay cosas que no van a cambiar a no ser que tomes la decisión, él ya había tomado la decisión de ir donde el padre, pero se levantó y caminó. Tú sabes la decisión que tienes que tomar hoy en tu vida. Pero entonces tómala, entre más tarde la tomas, más retrasas el proceso del cual tienes que ser parte. No te quitas el proceso, hay que pasarlo para ser formado, más fuerte y ganar la prueba con sabiduría para que no vuelva a pasar.
Jesús también cambió su temporada y pasó el proceso de obediencia, fue a la cruz y luego el ascenso hasta Su trono.[5] Las decisiones que se tomen por salud y calidad de vida pueden hacer que se cumplan muchas promesas del Señor para una buena vejez. [6]
En consecuencia, la primera cosa para cambiar de temporada es tomar decisiones correctas, luego pasar por el proceso y por último hacer más de lo que se nos pide, así como lo hizo Abraham que provocó a Dios ofreciendo un carnero en sacrificio en lugar de su hijo. Allí Dios le hizo la mayor promesa que se le ha dado a un hombre.[7]
Elías oró fervientemente y Dios lo usó, a pesar de estar sujeto a las mismas pasiones que todos los hombres nunca dejó de orar, eso nos lleva a una oración profunda y cargada de fervor, sin importar nuestra debilidad. La tierra produjo su fruto después de una gran escasez de comida por falta de lluvia.[8]
Finalmente, tú vas caminando a veces con altibajos, de pronto estás mal, de pronto estás bien, de pronto pecas, te vuelves a levantar, pero tienes que llegar hasta el fin. El Espíritu Santo te dice: llega al final, porque el que persevere hasta el final será salvo.
[1]Proverbios 6:6-8 (RVR1960): Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
[2]Josué 1:9 (RVR1960): Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
[3]Juan 1:16-17 (RVR1960): Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
[4]Lucas 15:17-23 (RVR1960): Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
[5]Filipenses 2:5-11 (RVR1960): Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
[6]Proverbios 3:16 (RVR1960): Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra.
[7]Génesis 22:15-18 (RVR1960): Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
[8]Santiago 5:16-18 (RVR1960): Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
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