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Habla lo que crees, y no dividas el Reino

Habla lo que crees, y no dividas el Reino

06 de abril de 2008

Tiempo de lectura: 9 minutos

 

He estado hablando de la fórmula que Dios le dio a Josué en el Capítulo 1 para que tenga éxito, Dios le dice: “Solamente así tendrás éxito, esfuérzate, se valiente, medita en mi palabra de día y de noche y no se aparte este libro de tu boca”.    Esfuerzo, valentía, meditación y confesión.

También vimos que la palabra de Dios dice que de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12:34).  Las palabras salen del corazón a través de la boca, la boca habla de lo que llevamos dentro.  Hoy vamos a aprender cómo hablar.

Mateo 12:22-25 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.  Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?   Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.

Hay dos consecuencias de dividir un reino: Es asolado y no permanece, por lo tanto tu corazón, tu familia no puede estar dividida, debes mantenerla unida porque la división provoca que la gente o familia sea asolada.

Mateo 12:26-30 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?   Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.  Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.  Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.  El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

Jesús empieza hablando de dos reinos gracias a lo malo que hablaron los fariseos, los fariseos dijeron: “No, él no es el hijo de David, éste hecha fuera los demonios por Beelzebú, (Beelzebú es príncipe de los demonios).”  Aún los fariseos entienden de autoridad, según el concepto de ellos Jesús no podría echar fuera un demonio si el príncipe de los demonios no se lo autoriza, para que uno mantenga una casa unida debe entender de autoridad, cuando la mujer socava la autoridad del marido está poniendo un fundamento para dividir su hogar y el hogar dividido es saqueado, asolado y no permanece, aún los fariseos asumieron que un príncipe de los demonios tenía que darle autoridad a Jesús  para echar fuera los demonios, ellos no entendían de cómo funcionaba el reino, aunque entendían que en los reinos tiene que haber autoridad o autoridades.

Jesús les dice si Satanás echa fuera a Satanás, cómo puede permanecer su reino, lo está dividiendo, o sea, él no ataca a los suyos, cuando nosotros atacamos a los nuestros estamos operando bajo un principio más que diabólico porque ni el diablo lo hace, uno no puede atacar a los suyos porque ni Satanás echa fuera a Satanás, en otras palabras, Jesús les dice: “Si Satanás quiere mantener unido su reino él se va a echar fuera así mismo ni a los suyos, tiene que venir otro de otro reino a echarlo fuera”.  Jesús les dice: “Si yo por el espíritu de Beelzebú echo fuera los demonios, díganme ustedes padres de familia, ¿por quién los están echando sus hijos?”  Quiere decir que la familia estaba dividida, en este caso estaba dividida por algo bueno, los hijos seguían a Jesús y los padres no, por eso les dice Jesús que sus hijos serán sus jueces.

Muchas veces hemos señalado y juzgado a los jóvenes,  hay una generación de jóvenes que en medio de todas las tinieblas se está levantando teniendo prácticas santas, honestas, puras, íntegras buscando al Señor de todo corazón, dejando a un lado el pecado y consagrándose en la edad que tienen tanta tentación, mientras que muchos de los padres de familia, no les están dando ningún buen ejemplo a sus hijos, pero va a llegar un día en que sus hijos serán sus jueces y no  los padres jueces de los hijos.  ¿Sabe quién será juez un día?  El que mantenga la moral, el inmoral ¿cómo puede juzgar al moral? La autoridad en ese momento no está en los padres, no está en los hijos, está en la moral.  Padres de familia, mantengan el estándar de la moral en su hogar, si usted baja el estándar sus hijos lo alcanzan rápido, si lo sube, sus hijos tendrán que esforzarse por alcanzarlo, si los adultos subimos el estándar, pronto veremos una generación de jóvenes levantándose y rebasándonos para la gloria del Señor Jesucristo.

Yo esperé por 11 años la conversión de mi familia, no todos los años fueron duros, al principio hubo un poco de guerra, pero hay que permanecer en el Señor, ser radical en el Señor si te están persiguiendo por se cristiano, más te vale se radical, en el testimonio de los tibios nadie cree, te quiero dar una buena noticia, las iglesias grandes son una bendición de Dios, nunca se sienta mal por pertenecer a una iglesia grande, ni por los comentarios que hacen que es un club social, que el pastor ni la mano le ha dado (tal vez no se las he dado, pero les he dado buena palabra) si usted ha cambiado su estilo de vida por la palabra la gloria se la lleva la palabra que lo cambió.  Estoy consciente que la mayor parte de ustedes tiene un buen testimonio, no hay una iglesia, ni persona que cumpla a cabalidad el 100% de lo que Dios pide desde Génesis a Apocalipsis, por lo tanto, tampoco hay una persona que logre alcanzar todo lo que Dios ofrece desde Génesis a Apocalipsis, porque cada vez que Dios ofrece algo, pide algo.   Dios no es una piñata, que al que más duro le da, más dulces recoge, las iglesias normalmente, si usted está muy bendecido, es porque normalmente usted está cumpliendo la palabra de Dios, si usted está medio bendecido es porque usted está medio cumpliendo la palabra de Dios, porque a medida que usted la cumple, él cumple su promesa, la palabra dice “Acérquense a mí y yo me acercaré a ustedes”. 

Una iglesia que sufre de la bendición de Dios continuamente tiene que ser una iglesia que continuamente está haciendo lo que Dios pide, no al 100% pero bastante más, entonces mira el nivel de bendición (no estoy hablando de riqueza hablo de vida bendita por Dios) que tienes y ese es el nivel al que le estás cumpliendo a Dios.  Somos una iglesia bendita por Dios porque seguramente estamos cumpliendo con cosas que él pide, sino, no estaría tan bendita como estamos.

Se puede dividir el reino de Satanás, el de Dios si se ponen en contra, de hecho se dividió una vez por Satanás, él sabe lo que hay que hacer para dividir, se puede dividir la familia, se puede dividir tu corazón o el reino de Dios dentro de ti mismo.

Mateo 12:31-34 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.   A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.   ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

El reino se divide a través de las palabras, todo está en un contexto, lo que el Señor te quiere enseñar es: “Cuida tu boca”.  En las próximas semanas les voy a enseñar como Luzbel fue echado del cielo cuando se le sorprendió hablando mal, Dios le dijo: “Hasta que se hallaron palabras violentas en tu boca”.  Hablar tiene más importancia de lo que nosotros creemos, la Biblia dice que el hombre comerá del fruto de sus labios y se saciará del fruto de su boca, también dice que por tus palabras serás condenado y que por tus palabras serás justificado, y aquí el Señor habla y dice que los reinos se pueden estar dividiendo a causa de las palabras, la conclusión de la división de los reinos es lo que hablas, cuidad lo que hablas.

Les voy a enseñar algo que puede librarlos de la blasfemia contra el Espíritu Santo, normalmente una persona llena del Espíritu Santo no va a blasfemar contra él, podría tener algunas dudas, podría decir algunas cosas, pero no necesariamente una blasfemia, no podría salirle del corazón.  Cuando el Espíritu Santo se empezó a mover la gente empezó a caer bajo el poder, empezó a reír de gozo, de alegría, mucha gente empezó a decir que eran demonios, lo decían por la creencia que tenían, no porque quisieran decirle al Espíritu Santo que era demonio.

¿Cómo se puede saber si se ha blasfemado contra el Espíritu Santo?  Si usted lo hubiera hecho, no estaría aquí sentado, estaría endemoniado y perdido en algún lugar, por eso cuando uno ve cosas del Espíritu Santo uno debe ser prudente y cerrar la boca, mucha gente ve manifestaciones y les da miedo y como les da miedo dicen que es del diablo, el Espíritu Santo se derramó en Pentecostés y a todos les dio miedo, muchas veces nos da miedo lo desconocido, no lo malo.

Jesús dice que cualquier palabra que se hable en contra de los hombres, en contra del Hijo de Dios será perdonada, pero que cualquier palabra que hablen en contra del Espíritu Santo, es decir, atribuirle al Espíritu Santo cosas diabólicas.  Una blasfemia contra Dios, es cuando le atribuye lo malo, por ejemplo, decir que el cáncer que tiene se lo mandó Dios, o sea que Dios es el Dios que da cáncer a todo el mundo, cuando empieza a hablar así Dios se sale de su casa y de su sala, porque usted lo ha deshonrado al punto de atribuirle un hecho malo, Dios es el que sana el cáncer no el que lo pone, si usted cree que Dios pone el cáncer ¿Por qué pide que se lo quite?  Si Dios se lo mandó, ¿por qué lo reprende? ¿Por qué pide que oren por usted para que se le quite? Todas esas creencias están mal fundamentadas y están hablando mal de Dios y no le están dando gloria a él, cuando juntos creamos que Dios es el creador de lo bueno y que tenemos una pelea contra el diablo porque cómo puede Dios poner el cáncer y dividirse contra sí mismo, su reino no permanecerá, él va en una línea, cuando ustedes dicen que están en un crisis económica muy grande que no tienen para comer y que es Dios el que le mandó la prueba, blasfemia está diciendo.    ¿Acaso no ha leído el Padre Nuestro? Dice, el pan nuestro dánoslo hoy y perdona nuestros pecados, no hay pecado por el cual Dios le quite el pan a su hijo, cuando yo corrijo a mis hijos porque han hecho lo malo, los corrijo con otras cosas, pero jamás les quito el pan por días, no se les quita el beso, el abrazo, el cariño, el amor, menos la comida, se les quita otras cosas cuando disciplina. Si ustedes siendo malos dan cosas buenas a sus hijos, cuánto más Dios.

Cualquier palabra que digas contra el hombre, contra el Hijo de Dios te será perdonada, pero no contra el Espíritu Santo, ¿Quién corre el riesgo de blasfemar contra el Espíritu Santo? El que vive hablando contra los hombres todo el tiempo, si usted es una persona que todo el tiempo está hablando mal de alguien, juzgando, señalando, como que usted fuera Dios, todas las personas que tienen la costumbre de hablar mal de alguien más corren el riesgo de hablar mal de Dios y blasfemar contra el Espíritu Santo. 

Los que siempre hablan bien de los demás, los que siempre están viendo lo bueno de la gente están muy lejos de blasfemar.

Mateo 12:35-37  El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.   Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.   Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

En el contexto, sacar buenas cosas se refiere a las palabras, quiere decir que el tesoro que tenemos dentro se revela en la expresión que nosotros tenemos, un buen testimonio comienza con buenas palabras.  Cuando arrestan a una persona dicen: “todo lo que diga podrá ser usado en su contra”. 

Romanos 10:8-10 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.  Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

¿Cuántas veces usted ha dicho cuando expresa mal una idea “no fue eso lo que quise decir”?  Quiere decir que en su corazón usted creía algo pero no lo confesó bien con su boca, uno debe alinear el corazón a la boca y la boca al corazón.   Usted puede creer algo en el corazón, pero al no expresarlo bien, la boca lo condena.   Uno puede meterse o salir d problemas gracias a la boca, úsela para lo bueno, porque por tus palabras serás condenado y por tus palabras serás justificado o salvo.

Si tu corazón tiene algo, alinea tu boca porque un reino dividido contra sí mismo no prevalece, por ejemplo, estás enfermo y crees que Jesús murió por su sanidad no confiese que se va a morir, si Dios se lo lleva es asunto de Dios no un fruto de la confesión de su boca.  Las cosas que decimos creer son las que debemos confesar.

Si crees que Dios está contigo, deja de hablar de la crisis, si hablas de la crisis que sea sólo para hacer un contraste como hacía David, David hablaba del pozo de la desesperación pero confesaba que era Dios el que sacaba su vida de ese pozo.  David hablaba de valle de sombra y muerte, pero confesaba que no iba a temer mal alguno, claro que se puede hablar de la crisis, pero siempre confesando que a pesar de la crisis nunca se va a mendigar pan.   Es tiempo de arrepentirnos de hablar lo que no se debe, es tiempo de aprender a hablar.

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