27 de junio de 2019
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La ley de la inercia demuestra que vivimos en un mundo imperfecto donde existe la fricción y para seguir la trayectoria se necesita una fuerza adicional que provea dirección; seguir a Dios por inercia conduce al punto muerto donde todo hace falta, mantén las ventanas de los cielos abiertas para seguir recibiendo bendiciones para tu vida.
En la discrepancia entre lo real y lo ideal se encuentra la frustración, pero esa imposibilidad de tener o lograr aquello que se desea es la antesala para ver un milagro generado por la fe en una promesa de Dios.
Un padre de familia puede sufrir el síndrome de responsabilidad adquirida capaz de obstruir el beneficio de recibir la visitación de Dios, debido al enfoque constante de dar a los suyos; por eso Jesús enseña que siendo proveedores, como hijos, podemos recibir buenas cosas de nuestro Padre celestial.