16 de agosto de 2019
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Vivimos en una era de desinformación y falsedad. La iglesia está siendo atacada por los medios de comunicación y muchos movimientos sociales, pero Dios la levantará con Palabra profética de la misma forma como levantó a su pueblo de los sepulcros.[1]
En la última década el Señor me ha llevado a los cinco continentes y a donde quiera que llego escucho a los cristianos plantearse las mismas inquietudes: ¿Qué hacemos con las leyes que van en contra de la familia y los principios de Dios? ¿Cómo nos protegemos de los ataques en contra de la iglesia por parte de los medios de comunicación? Desde ataques en redes sociales hasta noticias falsas en noticieros, todo nuestro entorno quiere manipularnos para hacernos creer que la iglesia es seca, infértil.
La iglesia está siendo atacada, pero veremos la luz de Jehová. Por más horroroso que sea nuestro entorno vendrá un cambio glorioso que dejará confundido al enemigo. La gloria del Señor está a punto de derramarse como nunca se ha derramado, el mejor vino está guardado para el final de la fiesta.
Nos han difamado, nos han calumniado y nos han mentido, pero por más mentiras que digan de nosotros, la verdad siempre triunfará. Por más ataques que recibamos, por más difícil que se ponga la situación, no olvidemos que somos el pueblo de Dios y al final seremos victoriosos porque le pertenecemos a Él. El hijo pródigo, aún en la pocilga de los cerdos, le pertenecía al reino de los cielos. Moisés pasó crisis en el desierto, pero le pertenecía a Jehová. ¡Le pertenecemos a Dios! Él levantará una generación profética que revolucionará a la iglesia y lo que viene es mejor que lo que ha quedado atrás.
Esta generación profética de la que hablo se caracteriza por tres cosas. La primera es que la mano de Dios irá sobre ellos y los cubrirá. El enemigo sabrá que mayor es el que está de nuestro lado y eso nos hará poseedores de una unción que hará temblar hasta al infierno.
La segunda característica es que tendrán por objetivo caminar entre los muertos para salvarlos de la perdición. Con esto quiero decir que si eres pastor no te andes fijando en si alguien tiene tatuajes, si es vanidoso o tiene vicios porque Dios no hace acepción de personas. La iglesia debe parecer más a un hospital de rehabilitación que un museo de santos. Si ves que afuera de tu iglesia hay gente fumando marihuana, esa es muy buena señal porque significa que Dios está obrando en ellos. A mi iglesia en la Florida llegan borrachos, prostitutas, drogadictos y toda clase de personas, pero cuando el Señor los toca, son nuevas criaturas. ¿Acaso tú eras perfecto cuando llegaste al Señor?
Y la tercera cualidad de esta generación profética será la forma en que impartan la Palabra. Los púlpitos cambiarán de filosofía, los pastores usarán la Biblia otra vez, se volverán “anticuados” pero la Palabra volverá con nueva vida. Hoy es cuando más cosas se dicen y cuando menos sabiduría hay: es como si los raperos enseñaran a los pastores a predicar. Pero las nuevas generaciones de Dios sacudirán al diablo y provocarán algo sobrenatural que lo notarán todos.
No hay avivamiento sin unidad. No olvidemos que los hijos de Cristo compartimos una misma fe, tenemos un mismo Señor y pasamos por un mismo bautismo. ¡Guatemala todavía no ha visto lo que Dios ha preparado para ella! No importa si eres hombre o mujer, pobre o rico, docto o ignorante, sé parte de una nueva generación profética cuya unción cierre la puerta de tus enemigos. ¡Créelo y decláralo para que la gloria de Dios venga sobre ti!
[1] Ezequiel 37:11-14: Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.
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