03 de diciembre de 2024
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Dios dice que es necesario cuidar y retener los buenos recuerdos de Sus mandamientos y también las bendiciones que nos ha dado.[1] Gracias a las emociones y a los buenos recuerdos podemos aprender de las experiencias vividas para tomar decisiones más acertadas en el futuro.
Si Dios está pidiendo que no nos olvidemos, eso significa que olvidar y recordar es una selección de parte de cada persona. Entonces, hay cosas que nosotros debemos conservar en la vida para que nos ayuden a vivir, teniendo presente el antes y el después, mientras Él nos ha prosperado. Recuerda tus historias y de dónde te ha traído el Señor para bendecirte.
No es posible olvidar lo que tengo y de dónde salí para llegar a este momento, pues es Dios quien me llena de sus beneficios. Cuando paso por el pecado Él me perdona, si estoy enfermo me sana, si me caigo en un agujero por problemas, cuando todo esté en mi contra me rescata, y en cada etapa de la edad hasta me rejuvenece y me llena de ánimo. Por eso, no olvidaré que me corona de favores y misericordias y me rodea de abundante bienestar.[2]
Entonces, es importante tener esa memoria selectiva. Esa es la memoria que Dios tuvo que trabajar en José cuando fue esclavo y pasó por una cárcel de Egipto. Cuando sale de esa etapa y ve sus sueños cumplidos se casa y a su primer hijo le pone Manasés que significa Dios me hizo olvidar todo el sufrimiento, —no es que lo borraría de su mente, pero no lo viviría recordando con dolor. Al segundo hijo le llamó Efraín que significaba Dios me hizo fructificar en el lugar de mi dolor.[3] Así podía seleccionar un buen recuerdo, al haber tenido a sus hijos y verlos cada día. Eso es una memoria selectiva.
Dios tiene la capacidad de seleccionar qué recuerda y qué olvida. Dios, el Todopoderoso, hace un uso correcto de su memoria y lo hace por amor a Sí mismo.[4] Dios es tan bueno, que olvida nuestros pecados. Tú puedes recordar lo malo que te ha pasado todo el tiempo que quieras, pero también eres libre para quedarte recordando todos los buenos momentos de tu vida. Dios sí perdona y no se acuerda más de nuestros pecados.[5]
Dios echa a lo profundo del mar nuestros pecados y allí los deja sepultados.[6] Dios escoge qué recordará de tu vida.[7] Dios es lento para la ira y grande en misericordia, sabe muy bien recordarte por tus hechos de fe y no por tus fallas en la vida, como se describe a los héroes de la fe de Hebreos 11, donde todos fueron recordados por sus virtudes y no por sus errores.
Si Dios tiene esa memoria selectiva es porque no tiene ningún beneficio recordarse de lo malo, sabe muy bien qué olvidar. Además, Dios también nos señala lo que todos debemos recordar, ya sea como un buen ejemplo para nuestro propio bien o como una honra a los demás, por sus buenas obras y su servicio.[8]
Dios tiene en alta estima tu servicio, no lo olvides porque Él siempre lo recordará. Olvida tus pecados, pero recuerda el día que levantaste tus manos y le adorabas con todo el corazón.[9] Dios no es injusto para olvidar tu servicio. No importa quién se olvide de nosotros, lo que debes recordar es quién sí se acuerda de nosotros.
Finalmente, debes aprender a ser selectivo en lo que vas a recordar y en lo que tienes que olvidar. Puedes hacer un listado de cosas que debes olvidar porque eso es una acción voluntaria, la de no traer a la memoria lo que sabes que no debes recordar. “Gracias Señor, por olvidarte de mis pecados y recordar mi servicio. Gracias por olvidarte de mis faltas y recordar mi vida. Y aunque todos se olviden de mí, ahora sé que Tú jamás lo harás”. Amén.
[1]Deuteronomio 8:11-14 (RVR1960): Pero ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. No dejes de cumplir sus mandamientos, leyes y estatutos que yo te encargo hoy. Y cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites, cuando se hayan multiplicado tus vacas y tus ovejas, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas, no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios, quien te sacó de Egipto, el país donde eras esclavo.
[2]Salmos 103:1-5 (RVR1960): Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias; Él que rescata del hoyo tu vida, Él que te corona de favores y misericordias; Él que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
[3]Génesis 41:51-52 (NVI): Al primero lo llamó Manasés, porque dijo: «Dios ha hecho que me olvide de todos mis problemas, y de mi casa paterna. Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo: Dios me ha hecho fecundo en esta tierra donde he sufrido.
[4]Isaías 43:25 (RVR1960): Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.
[5]Jeremías 31:34 (RVR1960): Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
[6]Miqueas 7:18-19 (RVR1960): ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
[7]Hebreos 10:17 (RVR1960): añade, y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
[8]Marcos 14:3-9 (RVR1960): Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
[9]Hebreos 6:10 (RVR1960): Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
[10]Isaías 49:15 (RVR1960): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
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