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Lo que siempre puedo elegir

Lo que siempre puedo elegir

27 de diciembre de 2020

Tiempo de lectura: 10 minutos

El año ha sido complejo para todos. No crean que las personas de fe no la vimos “a cuadritos”. 2020 ha sido un año difícil, pero Dios nos dio la capacidad de adaptarnos. Cada generación de la humanidad ha pasado por momentos buenos y momentos malos. Tiempo de guerra, tiempo de paz. Tiempos de recesión, tiempos de bonanza. Tiempos en que mucha gente hizo largas filas para conseguir un empleo, tiempos donde hay prosperidad. Tiempo de abrazar y hasta de abstenerse de abrazar.[1] De cualquier modo, debemos comprender que habrá situaciones que no elegimos vivir y que siempre nos tocará adaptarnos al tiempo que nos toque, sea bueno o malo.

Yo no elegí nacer en la familia en que nací, pero bendito Dios que nací en ella. Hubiera preferido que mis padres no se separaran, pero por una u otra razón lo hicieron. Si por mí fuera tendría más hermanos de padre y madre, pero no fue así. Hubiera elegido nacer en otro barrio, pero nací en el que me tocó. No quería ser cristiano y sin embargo ahora soy pastor. Y total, hay cosas que uno no pide, que simplemente llegaron. Pero si uno tiene la actitud correcta para vivirlas, podrían mejorar.

A todos nos agarró de sorpresa la pandemia de COVID-19: tanto al justo y al impío.[2] No es una cuestión de merecimientos, sino una cuestión de actitud vivirla de una u otra forma. Noemí, la suegra de Rut, no eligió quedar viuda con sus nueras, pero sí la actitud negativa con la que, incluso, quiso cambiarse de nombre.[3] De sus nueras, solo Rut decidió permanecer a su lado. Debió ser tan duro para ambas no perder la actitud para vivir. Pero Dios no las dejó desamparadas y con la llegada de Booz a sus vidas bendijo la actitud de Rut de permanecer al lado de Noemí a pesar de la adversidad.[4] Vivamos con una misma actitud y con la confianza, recordando que nada puede separarnos del amor del Señor: ni la vida, ni la muerte.[5]

Pablo se llegó a sentir abandonado por sus ovejas, acaso sin razón.[6] Muchas veces podremos sentirnos igual cuando esperamos un mensaje de WhatsApp que no llega o una llamada telefónica que nos haga ver que se acuerdan de nosotros, sin embargo, nunca sabremos si ese silencio se deba a que la otra persona es quien necesita un mensaje o una llamada de nuestra parte. Todo depende de la forma en que lo interpretemos.

De pequeño me daban sopa de yerbamora. ¡Es amarga a más no poder! Pero me la daban con la excusa de que era abundante en hierro. Me acuerdo cuando una tía me decía: “Aprendé, patojo, porque no sabés qué puede pasar en la vida y tenés que aprender a comer de todo”. En todo somos enseñados, tanto para la abundancia como para la escasez. Una cosa es estar vivo y otra saber vivir. Seamos como Pablo y aprendamos que, sin importar las circunstancias, todo lo podemos en Cristo, que nos fortalece.[7]

En 2021 busquemos sabiduría de parte de Dios. La pandemia ha dividido a las personas entre los que se han resignado y los que no se han dejado vencer porque creen en las promesas de Dios y buscan Su sabiduría. Dejemos lo que quedó atrás y extendámonos hacia lo que tenemos adelante. Pídele al Señor que te ayude a llevar a cabo una transición exitosa hacia este nuevo año, con nuevas esperanzas, con excelente actitud y, sobre todo, con mucha fe.


[1] Eclesiastés 3:1-8: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

[2] Eclesiastés 8:14-15: Hay vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad. Por tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo del sol.

[3] Rut 1:20-21: Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?

[4] Rut 2:1-12: Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía. Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec. Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento. Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera? Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. 12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

[5] Romanos 8:35-39: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Somos más que victoriosos y vencedores en aquel que nos amó. Por lo cual, debes estar seguro. No pierdas la seguridad. Nada nos podrá separar del amor de Dios, ni una cosa ni la otra, sabiendo que se va a cumplir su Palabra. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

[6] Filipenses 4:10: En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.

[7] Filipenses 4:11-13: No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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