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Multiplica tus bendiciones

Multiplica tus bendiciones

26 de agosto de 2025

Tiempo de lectura: 6 minutos

La semana anterior enseñamos que la falta de juicio es una de las cosas que nos puede llevar a la pobreza, cuando no somos sensibles para apreciar lo poco que nos permitirá crecer. El barbecho ilustra bien lo que es valorar o apreciar lo poco, lo que tenemos y no se desperdicia porque se juzga adecuadamente.[1] Recuerda que Dios aumenta la riqueza cuando primero se sabe gastar; cuando se sabe invertir bien, los recursos aumentarán. Entonces, nos cuidaremos del desinterés, la negligencia, los descuidos y el desorden que son características de quienes pierden en lugar de ganar.

Valora y agradece tus bendiciones

Un pequeño grupo del pueblo escogido por Dios aborreció la tierra prometida que era deseable para los demás. [2] Esto ilustra bien la actitud de quien vive en un conflicto mental interno de constante contradicción. No acudimos a Dios solo cuando estamos en la crisis financiera; también podemos vivir en bonanza financiera y orar para recibir mayores ingresos. Es necesario traer los sueños de lo que deseamos delante de Dios y eso significa no menospreciar, ni aborrecer toda la prosperidad que Dios desea darnos.

Aprovecha las oportunidades para sembrar y crecer

La Biblia dice que en la época de siembra, el perezoso no siembra nada.[3][4] La haraganería descuida la oportunidad, el descuido conduce al desorden y este puede llevar a la crisis financiera.

En medio de los que menospreciaban la tierra surgió Jabes, un hombre ilustre que hizo la oración correcta: Señor, si tú me bendices, ensanchas mi territorio, si tu mano va conmigo y si me libras del mal. Jabes pedía que su territorio se ensanchara porque valoraba la riqueza de trabajar la tierra.[5]

En la vida nos va bien gracias a lo positivo que hacemos y a lo malo o negligente de otros. Ser ilustres es igual a ser famoso, renombrado, popular, y eso fue lo que ocurrió con Jabes gracias a su oración para salir de la limitación.

El señor que repartió dinero entre sus empleados entregó ocho unidades, conocidas como talentos.[6] Pero el que recibió menos no percibió que una unidad era el equivalente al 12.5 % del gran total, lo cual era deseable para invertir y multiplicarlo. Por eso, perdió todo y fue identificado como negligente.

Decide si quieres ser la persona que pierde sus bendiciones o aquella que multiplica con esfuerzo y trabajo las bendiciones que Dios le ha dado. Todos tenemos la capacidad de multiplicar o la capacidad de perder, pues la Biblia informa que para el perezoso no habrá multiplicación.

Alinea con Dios la forma de pensar y de hablar

Si existe un pleito interno por creer que mereces ser bendecido y que Dios multiplicará tus recursos, abandona toda opinión opuesta y cree que verás la abundancia que se te ha prometido bajo el juramento divino.  

Murmurar negativamente acarrea el mal, abre la puerta al destructor y al devorador; por ello la advertencia es a los que no lo han hecho, que nos cuidemos de no resbalar hablando de manera incorrecta.[7] La Palabra dice que el que está firme, mire que no caiga, que no se resbale; en otras palabras, si está firme, cuídese de no caer en murmuración y cierre la puerta al enemigo, cuidando sus palabras.[8] Eso significa: haga todo sin quejarse.

La promesa que Dios le hizo a Abraham se describe en la carta a los Hebreos; indica que Dios, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: de cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré. Al hacer este juramento para confirmación, con claridad señala que de esa manera se da final a toda controversia.[9] Se finalizan todas las opiniones contrarias cuando se da por terminada una discusión. Dios juró por sí mismo: «Te bendeciré y te multiplicaré con abundancia».

Cuando enfrentamos una enfermedad incurable, no tenemos duda de que hay que clamar a Dios por sanidad. Si es un pecado por el que se pide perdón, no tienes ninguna controversia ante Dios; junto a tu arrepentimiento, aceptas el perdón. Tampoco hay controversia si existe una cuantiosa deuda por pagar; el dolor que estás viviendo te ocasiona una rendición total.

Pero la controversia se origina cuando Dios te dice que te bendecirá con abundancia y no solo lo dice, lo jura por sí mismo. Declara que Dios tiene razón y termina con el conflicto interno que te impide creer que Él va a multiplicar tus bienes con abundancia.

Tres cosas sumamente importantes para el éxito

La preparación para cumplir la promesa que se hace y la actitud con la que la voy a cumplir. Los corintios habían hecho una promesa económica para el apóstol Pablo. Era necesario prepararse para cumplirla con la mejor actitud.[10] Si quieres ser un hombre y una mujer que cumple promesas, lo primero que tienes que hacer es hacerte promesas a ti mismo y luchar por cumplirlas; eso es forjar tu carácter.

Y cumplir tus promesas es parte de la vida cristiana, pero para eso hay que edificar el carácter preparándose para cumplir promesas. Haz tus propias promesas y mira cómo las cumples con esfuerzo. Porque cuando Dios hizo la promesa de bendecirte, la juró y la cumplió.

Entonces la actitud debe ser sembrar abundantemente, no con escasez, sembrar con alegría porque Dios ama al dador alegre cuando desarrolla generosidad.   Las riquezas con propósito de bendecir a otros son las que vienen de Dios para cumplir un objetivo en tu vida. El Espíritu Santo te dirá cuánto dar y, además, es quien te conducirá a la cosecha. Lo que produce la siembra generosa es el favor de Dios; cosecha abundantemente quien siembra de la misma manera.

Esta escritura en Corintios enseña que, aunque no tengas la semilla, se la pidas a Dios, porque Él es quien da semilla al que siembra y pan al que come para que estemos enriquecidos para toda liberalidad.[11] De esa manera, puedes decir con toda seguridad: Dios quiere enriquecerme.[12]

Finalmente, es la voluntad de Dios que multipliques tus bienes y los tengas en abundancia, como ya lo prometió y lo juró. Hoy se cae ese conflicto interno, vives creyendo y viéndote como esa persona próspera, rica y bendecida para dar generosamente. Enseña a tus hijos a vivir dependiendo de la provisión abundante de Dios, edúcalos con excelencia y que su carácter sea transformado en la forma de pensar y de hablar. Juntos en casa, empiecen a quitar todo aquello que no concuerda con tu vida y tu carácter según esta nueva visión.

Referencias

[1]Proverbios 13:23 (RVR1960): En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio.

[2]Salmos 106:24-25 (RVR1960): Pero aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra, antes murmuraron en sus tiendas y no oyeron la voz de Jehová.

[3]Proverbios 20:4. (PDPT): En la época de siembra el perezoso // no siembra nada, cuando llegue la cosecha buscará alimento y no encontrará nada.

[4]Proverbios 20:4 (LBLA): Desde el otoño, el perezoso no ara, pide en la cosecha, y no hay nada.

[5]1 Crónicas 4:9-10 (RVR1960): Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.

[6]Mateo 25:26-30 (RVR1960): Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

[7]1 Corintios 10:10-12 (RVR1960): Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

[8]Filipenses 2:14 (NTV): Hagan todo sin quejarse y sin discutir.

[9]Hebreos 6:13-16 (RVR1960): Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.

[10]2 Corintios 9:5-8 (RVR1960): Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

[11]2 Corintios 9:9-11 (RVR1960): como está escrito: Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

[12]2 Corintios 9:10-11 (DHH): Dios, que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, les dará a ustedes todo lo necesario para su siembra, y la hará crecer, y hará que la generosidad de ustedes produzca una gran cosecha. Así tendrán ustedes toda clase de riquezas y podrán dar generosamente. Y la colecta que ustedes envíen por medio de nosotros, será motivo de que los hermanos den gracias a Dios.

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