25 de julio de 2021
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Después de darnos la vida Dios nos dio promesas.[1] Y Él tiene la voluntad y el poder para cumplirlas. Si lo prometió, lo cumplirá. Somos Sus herederos de Dios y coherederos con Cristo.
La tarea de los padres es bendecir a sus hijos. Jacob fue amenazado de muerte por su propio hermano, por lo que tuvo que huir. En medio de esa circunstancia, lo que hizo su padre fue transmitirle la bendición de Abraham.[2] Así, en medio de la terrible situación que estaba viviendo Jacob, se acostó a dormir.[3] ¿Quién se acuesta a dormir con semejante situación? Sin embargo, quien confía en Dios sabe dormir y descansar aun en medio de los golpes.
Yo tengo mucho trabajo, desafíos y retos por llevar a cabo, pero por la misericordia eterna de Dios no he dejado de dormir un solo día. Cuando estés demasiado afanado debes demostrar confianza. Cuando de día vives una pesadilla, aprende a soñar de noche. Si todo en tu alrededor parece una pesadilla, sueña; y si es necesario, sueña despierto: cierra tus ojos de día y crea tu propio sueño. Para Jacob todo comenzó con un sueño en el que vio ángeles.[4] Entre más difícil sea la situación, más necesario se hace soñar.
La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Estoy convencido de esa realidad. Los futbolistas meten goles para llegar a ser goleadores, pero en el mundo de la fe primero se es goleador y después llegan los goles. Jacob tenía la bendición de su padre, la confianza de su madre y una promesa de Dios como tú también la tienes.[5]
¿Por qué no publicas en redes sociales tus malos momentos? Porque a nadie le gusta una mala imagen, pero si no te gustan las malas imágenes, ¿por qué creas una mala imagen de ti mismo? Siéntete bendecido como lo fue Abraham y su descendencia. Todo cuanto puedes ver hoy inició como algo que no se podía ver.[6] Aprende a soñar aunque todo a tu alrededor parezca desalentador.[7] La realidad que hoy ves no es más poderosa que tu fe.
No importa cuánto daño te hayan hecho: nadie podrá apartarte de la bendición que Dios juró para ti. La gente insiste en la unción, pero no en el voto. ¿De qué sirve una piedra ungida sin un voto? La gente ungida le hace votos a Dios. Nuestras promesas de fe son votos.
Personalmente me imagino caminando como Abraham y Jacob de bendecido, pero también me imagino en el altar nombrando mi nueva temporada y haciéndole un voto al Señor. Es una cuestión de carácter y compromiso. No olvides que tu Padre es el Dios de las promesas y el que todo lo puede.
[1] 2 Pedro 1:3-4: Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
[2] Génesis 28:1-4: Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.
[3] Génesis 28:10-11: Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.
[4] Génesis 28:12-17: Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
[5] Gálatas 3:13-14: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
[6] Hebreos 11:3: Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
[7] Génesis 31:10-13: Y sucedió que al tiempo que las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados. Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.
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