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Supera tus temores

06 de agosto de 2007

Tiempo de lectura: 7 minutos

 

 

I Reyes 19:1-4
La Biblia tiene muchas historias y hoy vamos a ver una para aprender de algo que le pasó a alguien más. La Biblia es un libro del cual se puede aplicar muchas cosas, nos revelan las experiencias que otras personas tuvieron con Dios. Siempre que tenga la oportunidad de escuchar a alguien que haya tenido una experiencia con Dios, escúchela. Sea buena o que como persona le haya dejado una sensación diferente. No siempre se recibe lo que uno espera, pero siempre lo que uno necesita. Hoy vamos a ir a una historia de un hombre muy usado por Dios, que lo conocía, que tenía una relación con él, pero hubo algo que le pasó que provocó algo dentro de El.

 

Ese deseo de morirse, él permitió que eso naciera en su corazón. Seguramente, hay personas que han deseado morirse, por ejemplo, a quienes les han dicho que tienen una enfermedad terminal, y prefieren morirse. El domingo estuve con un joven a quien le habían dicho que su madre tenía una enfermedad terminal y ella estaba muy negativa al respecto. Yo conocí a una mujer que siempre era muy positiva, animaba a otras, pero cuando ella estaba en problemas, se deprimía, lloraba mucho. Y una vez se lo dije: “Usted es muy buena para dar consejos, pero cuando le ha tocado vivir situaciones adversas, se deprime, se abandona en su situación”.

 

¿Cuántos trajeron a su esposa? Abrácela y dígale: “Te quiero”. Ese es un sentimiento, es bueno. Los sentimientos son buenos, pero a veces hay ciertos sentimientos que nos traicionan y llega un momento en que el ser humano se abandona en ellos. Fuimos hechos con sentimientos: nos alegramos, nos entristecemos. Son pocas las personas que no sienten nada. En este caso, ese hombre que venía de una gran victoria, de un gran suceso, de un capítulo donde logró algo grande, y de repente… se deprime. Dice que deseó morirse.

 

¿Cómo puede ser posible que un hombre al cual Dios usa le pueda llegar al corazón el deseo de morirse? Estaba en el momento más impresionante de su ministerio, se deprimía deseando morirse. ¿Por qué este hombre ahí, en ese momento, le da el deseo de morir? ¿Por qué hubo un espacio dentro de la mente y el corazón de este hombre donde deseara morirse?. Porque una mujer le dijo: “Te prometo que mañana vas a estar muerto a esta hora”. Entonces, a este hombre le entró un temor por la amenaza que le dijo alguien; pero, ¿cómo es posible que este hombre venga de un momento tan intenso y de repente quiere morirse por las palabras que una mujer dijo? Esto que le voy a compartir lo va a poder aplicar por el resto de su vida.

 

Yo tengo una prima que la dejó el novio y bajó 20 libras, por la tristeza y depresión.

 

A este hombre se le mezclaron las dos cosas juntas. Tal vez, en algún momento de nuestra vida, los sentimientos nos gobiernan, pero debemos identificar qué debemos hacer nosotros con eso y qué hace Dios con una persona sentimental o sentimentalista o que se le sale de las manos el dominio que sus sentimientos tienen. Otra cosa es que usted domine sus sentimientos y otra que los sentimientos lo dominen a usted. Y llegan al punto de querer morirse. Su sentimiento está causando dentro de él una destrucción interna. ¿Qué puede llegar a ser una persona con un sentimiento así? Nada.

 

Verso 3-7
Lo primero que debe hacer cuando los sentimientos lo quieren gobernar es alimentarse con la Palabra de Dios. Tiene que estar bien nutrido, leer la Biblia, no conformarse únicamente con lo que se habla en la iglesia. Por eso, hay personas que viven en ciclos, porque no han sabido responder adecuadamente en el momento preciso.

 

Si yo fuera ese hombre, diría: Creo que no has entendido lo que le pedí a Dios. Pero le dijo: “Levántate y come, porque largo es tu camino”. Dios está diciendo que no se estanque, que siga adelante, no se detenga.

 

Verso 8-12
Ese cuarenta refleja un tiempo de prueba, de proceso, de cambio, donde es probado. Como Jesús pasa sus 40 días en el desierto.

 

Le dice: “Sal fuera”. De repente, empieza un viento muy fuerte, después del viento, pasó el terremoto y luego, el fuego. Pero la Biblia dice que Dios no estaba ahí. Yo le hago una pregunta: ¿Qué sentido tiene, estando en un momento como este? ¿Qué sentido tiene que Dios le muestre esto? Aparentemente, esas tres cosas no tienen nada que ver, pero Dios no va hacer algo sin sentido. Y este es el principio que le quiero dar esta noche. El necesitaba otra cosa, estar protegido, que en esta cueva nadie la toque, pero Dios lo que hizo, fue mostrarle el fuego, el viento, el terremoto…. En este, él se enfrenta con otros profetas, y fueron consumidos por fuego del cielo provocado por este hombre. Terminada esa batalla, estaba orando y le dice: “Vámonos porque va a llover”. Se fueron a una montaña y le dice a su criado: “Mira esas nubes, parece que va a llover”; la cosa es que llovió. Entendí algo: “Dios había respondido en el capítulo anterior a lo que este hombre necesitaba provocar y sucedió, porque tenía la fe suficiente para demostrar quién era Dios en ese lugar. Su fe estaba bien fundamentada en que si él decía aquí el verdadero Dios es Él y cayó fuego del cielo, pero cuando le tocó creer algo para él, los sentimientos lo traicionaron. Hay personas que se les hace muy fácil creer por alguien más, pero por lo de ellos no. Hay personas que pueden llevar una palabra que hace que las personas cambien, pero la de ella no cambia, que han logrado que un matrimonio se restaure, pero el de ellos esta mal. Que pasa entonces? Como hacer entonces?

 

Porque este hombre tuvo la fe para hacer que del cielo caiga fuego, pero no tuvo la fe para creer que Dios era capaz de protegerlo; salió huyendo y se metió a una cueva. Asegúrese de no encerrarse en ningún lugar, porque Dios nunca se va a meter en la cueva. Dios no se va a ir a meter al cuarto donde está encerrado. Hay encierros mentales, no necesariamente es un cuarto. Hay gente que se encierra en sus pensamientos, en su manera de ser, porque siempre están dominando sus sentimientos. Como esa jovencita que dejó de comer; se encerró en sus sentimientos. O el hombre: “ ya me dejaron por infiel” y se pone a beber y ese es su encierro; no avanza. Hay encierros mentales, emocionales. En la vida diaria hay situaciones que nos encierran. Es todo aquello que nos limita a no vivir una vida diferente. Los celos son un encierro. A su pareja le puede “hartar” que su pareja lo este celando por todo. Yo tuve una novia exageradamente celosa. Fuimos a una gasolinera y me quedé viendo una revista y ella comenzó a preguntar qué estaba viendo, que si estaba viendo mujeres. Terrible! ese era su encierro. A veces uno es preso de los sentimientos de otras personas, entonces se vuelve un nudo sentimental.

 

Verso 13-16
Le dijo: “Tu trabajo terminó; desde que le diste el espacio al temor, ya no puedo seguir”. ¿Se imagina cómo se sintió? “Ya no te voy a usar, vas a ungir a alguien que te seguirá”. El reino de Dios va a seguir, el problema es que cuando el sentimiento lo obstruye, Dios va a buscar a alguien más; cuando el temor nos debilita, Dios va a buscar a alguien mas. Cuando nos dejamos absorber por el sentimiento de tristeza de que querernos morir, es tiempo de caminar. Hubiera sido diferente si le dice: “Tengo temor, pero aquí estoy”. Dios cuando le muestra el terremoto, el viento y el fuego, le está diciendo que estaba con él, que los había protegido de los profetas falsos. El sentimiento lo absorbió y la historia cambio, Dios ya no pudo seguir con él porque decidió seguir en una cueva. ¿Sabe que Dios sigue tomando decisiones en su vida? Muchas de esas decisiones están en función de sus reacciones; ¿ qué hace usted cuando se encuentra en un momento difícil? ¿en quién confían? ¿ Sabe que hay personas que cuando tienen un problema financieros acuden a Dios, pero cuando alguien los amenaza de muerte, se les acaba la vida?

 

No sólo existe el sentimiento de morirnos, sino que también el de dejar de cumplir lo que Dios nos mandó. Cuando la gente dice: “Yo voy a seguir a Dios a mi manera”. Cuando Dios no nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos, también dejamos que el sentimiento nos domine. ¿Cree que el enojo es malo? No, pero sí muy peligroso y dañino cuando se sale de nuestras manos. La Biblia dice:” Airaos, pero no pequéis… “El enojo sin límite es una invitación para que el diablo llegue y se quede en su casa. Quiere decir que la persona que tiene un espíritu de ira, tiene la capacidad de invitar al diablo a su casa y de provocar lo que pasa cuando el enojo se queda en nosotros. Dios no caminará con aquel que siempre se le sale de las manos el enojo. Porque donde quiera daña, deja heridas, y Dios no irá sanando a aquellos que usted va hiriendo.

 

Quiero pedirle que examine su vida, nunca deje que alguien mas ocupe su lugar porque su conducta no fue la adecuada. Nunca permita que en su vida alguien más tenga que tomar la decisión de despedirlo por su mala actitud frente al trabajo. Aquel que siempre está enojado porque le piden algo más de lo que tiene que hacer… Y qué triste es saber que hoy alguien más ocupa el lugar que era suyo. Por eso entiendo algo: que mientras eso se siga dando, vamos a estar desperdiciando aquellas buenas oportunidades que siempre fueron para nosotros, pero nuestro carácter las encerró; fueron nuestras reacciones que lo enterraron.

El domingo oré por una mujer que estaba enferma y Dios me hizo preguntarle si ya había recibido a Jesús en su corazón y me dijo que no, que no se sentía lista, preparada. Me dijo: “Siento que no estoy preparada”. Y ese sentimiento no le permitió establecer su nombre en el libro de la vida. Oré por ella, por sanidad, pero la que debería haber recibido la salvación era ella. Pero hay gente sana que no va al cielo y gente enferma que sí va. ¿Usted ya hizo un pacto en el que usted le entrego su vida a Dios y el es el que gobierna? La Biblia dice que el que confesare con su boca y creyere en su corazón que Jesús es el Señor, será salvo. Es una decisión que debe tomar mientras vive, yo le invito a abrirle su corazón a Jesús y le entregue su vida.

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