Dios da semilla al que siembra.
Todo lo que pidamos al Padre, Él nos lo dará.
Trae los diezmos al alfolí.
Dios nos ha configurado para dar fruto en abundancia.
Presenta frutos de fe, no solo de buenas obras.
El miedo a perder es tu peor aliado.
Aprovecha todo para crecer y dar fruto.
Confía en los tiempos del Señor. Él sabe cuál es el momento indicado para fructificar.