10 de diciembre de 2008
Tiempo de lectura: 5 minutos
Las decisiones son poderosas
Desde que abrimos los ojos por la mañana hasta que los cerramos por la noche, nos enfrentamos al proceso de tomar decisiones. Escoger es un deber que todos estamos obligados a asumir. Escogemos a nuestra pareja, el lugar donde vivimos, lo que comemos, cómo vestimos; todo está sujeto a nuestro criterio. Es importante entender que las decisiones que tomamos provocan circunstancias y afectan nuestra vida presente y futura. Las situaciones no vienen del aire, lo que decidimos nos tiene donde estamos. Cuando no estás consciente de esto, te quejas de tu realidad. Aprende a tomar buenas decisiones porque afectan tu vida y la de quienes te rodean.
Escoge lo necesario
En Lucas 10:42 leemos: Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
En ese momento lo necesario era escuchar a Jesús. María escogió la buena parte, tomó una buena decisión. Imítala cuando estés frente a dos opciones y debas escoger. Hay que priorizar lo necesario para luego poder ir más allá. Por ejemplo: tomar vacaciones es bueno, pero si no tienes dinero para viajar, la decisión correcta es no hacerlo. Si no tienes para todo, escoge lo necesario. Sin importar cuál sea tu situación particular, siempre lo indispensable es escuchar La Palabra porque en ella están las promesas para todo lo demás.
Contra la pared
Filipenses 1:21- 22 relata: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Así como Pablo, todos hemos estados en situaciones difíciles de duda e incertidumbre. Antes de casarme pasé por una situación similar, era difícil decidir entre tantas solteras que conocía, hasta que encontré a Sonia y me dije: “para mi ,vivir es Cristo y casarme con ella es ganancia”.
Filipenses 1:23-24 continúa: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Este pasaje nos da la clave para escoger. Pablo estaba en una encrucijada. No le temía a la muerte, sabía que ir con El Señor era lo mejor. Podía escoger, y tomar la decisión era complicado. En la vida hay cosas que son muchísimo mejores, son más cómodas, bonitas y agradables pero no son las más necesarias y debemos escoger. Pablo decidió quedarse y predicar; escogió lo necesario porque comprendió que no podría disfrutar solo de lo que era muchísimo mejor. Yo lo he visto en la iglesia. Todos tenemos mucho trabajo y a veces la idea de descansar nos atrae, sin embargo la mejor decisión es servir en el grupo o célula.
Siempre que estés es esa encrucijada, escoge lo que es más necesario, porque si escoges pensando en ti puedes terminar perdido y solo como Lot. Recuerda que cuando se separó de su tío Abraham, fue él quien primero escogió y tomó la tierra que parecía más prometedora, aquella llena de ciudades. Puso su tienda en esos lugares aunque estaban llenos de hombres que no amaban a Dios y terminó viviendo en Sodoma y Gomorra. En cambio, Abraham se quedó con lo que Lot despreció, la tierra de la promesa. Lot fue egoísta en su decisión y terminó sin nada, Abraham pensó en el beneficio de todos y fue bendecido. Cuídate de no tomar decisiones cómodas para ti y malas para tu familia. Escoge siempre lo mejor para todos.
Escoger sin ansiedad
En el Salmo 119:25-30 leemos: Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; Enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.
Cuando estamos abatidos es más difícil decidir porque hay muchos sentimientos encontrados. La cura para la ansiedad es La Palabra. Ansioso, turbado y angustiado no puedes decidir. En el Salmo, este hombre pide muchas cosas. Por más que le pidas a Dios, las decisiones son tuyas. No le dejes todo al Señor, aprende a escoger. Las personas responsables asumen sus decisiones y reconocen que su situación actual es producto de ellas. Dios te concede y espera que tomes decisiones para tu vida.
Sabiduría para escoger
Debemos tomar decisiones, es inevitable. Buscar pareja es un buen ejemplo. Más que escoger con quién quieres vivir, debes escoger con quién puedes vivir. No es tan importante si es guapo o romántico, es importante evaluar si me llevo bien con esa persona, si nos entendemos y si tenemos la misma visión de la vida. Las mujeres quieren alguien alto, guapo, como artista de cine aunque se les advierta que es borracho y haragán. Entonces toman malas decisiones. Lo mismo ocurre con los hombres. Así que los solteros deben pedirle a Dios que les permita enamorarse con la cabeza más que con el corazón. Cuando ya sepas con quién puedes compartir tu vida, entonces escoge a quién quieres. También es importante buscar primero la plenitud y felicidad personal. No hay que buscar que alguien te haga feliz o hacer feliz a alguien. Primero alcanza tu felicidad para poder compartirla con otra persona. No busques un príncipe azul que se ponga morado cuando se enoja.
Con la ropa es igual, primero escoge lo que puedas lucir y dentro de ese selección, encontrarás prendas que quieras ponerte. Si lo haces al revés, puedes encontrarte con ropa bonita que no te queda bien o que es poco conveniente.
Yo pedí mucha sabiduría para escoger el colegio de mis hijos. Me basé en la formación que quería para ellos y no en las apariencias o en el nivel económico de las personas que allí estudiaban y enseñaban. Tomé una buena decisión. Hay que pedir sabiduría para escoger.
Desechar lo malo y escoger lo bueno
Isaías 7:14-15 relata: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
Este pasaje es poderoso porque nos muestra que debemos aprender a desechar cuando ya sabemos distinguir. El problema no es saber, sino tener el carácter para escoger. Si ya diferenciamos lo bueno de lo malo, necesitamos carácter para escoger lo que es bueno.
Así que hay varias formas de tomar decisiones: primero debes escoger lo necesario, hay que priorizar. Segundo, debes escoger sin egoísmo, aunque lo que selecciones no sea lo mejor para ti. Tercero pide sabiduría y carácter para desechar lo malo y escoger lo bueno.
Sabes que seguir los impulsos de tu carne es malo, por lo que necesitas carácter para decidirte a hacer lo bueno. Has pasado por una vida de pecado antes de conocer a Cristo, sabes que la paga del pecado es muerte y que estar cerca del Señor es lo correcto, aunque a veces no es lo más fácil. Recuerda que no por conocer eres sabio; la sabiduría se mide con las decisiones que se toman.
Enseñemos a nuestros hijos a desechar lo malo y tomar lo bueno; hazlo con tu ejemplo. Para formar carácter debes tener carácter.
Abre tu corazón, pide perdón por tus pecados y escoge lo necesario: a tu Dios.
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