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Dios nos da el poder de hacer las riquezas

Dios nos da el poder de hacer las riquezas

06 de agosto de 2024

Tiempo de lectura: 5 minutos

Más allá de ser simpatizantes del evangelio, somos llamados a ser discípulos de Jesús, cuyo fin último es que nos convirtamos en buena tierra y seamos fructíferos para el gran objetivo de Dios. Solamente dando abundante fruto evidenciamos que el afán y el engaño de las riquezas no ahogaron la semilla de la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón. Jesús dijo que en ese nivel, puedes pedir lo que quieras y el Padre lo dará.[1]

Dios da el poder de hacer las riquezas

Cada persona con la capacidad de generar las riquezas que Dios le da, al tenerlas, necesita recordar siempre su fuente de provisión. Moisés lo advierte como parte de un cuidado personal para no ponerse orgulloso, sino agradecido. Hay que perder el miedo a vivir bajo la bendición de Dios que viene desde Abraham, el padre de la fe, y nos ha alcanzado a quienes vivimos por esa fe que Jesús nos ha dado, para no vivir como esclavos sino como libres financieramente. Dios está interesado en dar riquezas y que se aumenten todos los recursos para sus hijos.[2]

Dios ya nos dio la promesa de bendición y la capacidad para adquirir las riquezas, porque las ideas creativas vienen de Él. Pero es vital poseer la riqueza y no permitir que la riqueza posea nuestra mente o el carácter, tampoco el trabajo y nuestro tiempo. Para eso hay que desconcentrarse del afán de la vida que limita la capacidad de ver el entorno completo de lo que Dios desea darnos. Entonces, si no aprendemos sobre el dinero, podemos caer en el amor al dinero, que es la raíz de todos los males.[3]

Dios le dio al sabio Salomón las riquezas aunque pidió sabiduría, porque las riquezas son una recompensa para los sabios.[4] Y otra recompensa es llegar a una larga vida, sin ser una carga para alguien más.[5] Pero hay que poner la esperanza en Dios, quien nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos y seamos generosos.[6]

El uso incorrecto de las riquezas

El engaño de las riquezas está en creer que el dinero sirve para todo y que nada se puede hacer en la vida sin poseerlo.[7] El error es depender de tu dinero en lugar de acudir a Dios. Si oramos confiando en nuestros recursos ya no dependemos de Él como proveedor, sino del limitado poder del dinero según nuestra propia capacidad. Ese punto de equilibrio es un arte en la vida porque no todo se puede comprar con dinero y eso es lo sobrenatural cuando Dios interviene.[8]

Cuando Dios está en tu vida hay una gran diferencia

En el negocio de Pedro, trabajaron duro toda la noche y no pescaron, cuando llega Jesús le indica que tire la red de nuevo y en ese punto está el banco de peces tan grande que sobrepasa la capacidad de las barcas y casi se hunden.[9] En lo natural no hay forma de estar preparado para todo lo que Dios puede dar. Qué Dios nos prospere tanto, hasta que caigamos de rodillas y reconozcamos que fue su intervención y no la nuestra lo que trajo prosperidad.[9]

Jesús le enseñó a Judas que era posible tener recursos sin utilizar el dinero, pero Judas no aprendió. Tuvo la oportunidad de ver la pesca milagrosa, la multiplicación de los panes, la forma en que Jesús pagó sus impuestos y muchos milagros más, pero siguió siendo ladrón, tenía la mirada en el dinero y no el poder de Dios.[10]  

Los recursos de Dios son ilimitados y Él no se queda para esconderlos, si la riqueza decae, que la fe en Dios nos haga salir adelante todas las veces que sea necesario.

Referencias

[1]Juan 15:7-8 (RV1960): Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

[2]Deuteronomio 8:11-18 (RV1960): Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

[3]1 Timoteo 6:10 (RV1960): porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

[4] Proverbios 22:4 (RV1960): Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

[5] Proverbios 3:16 (RV1960): Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra.

[6]Timoteo 6:17-19 (RV1960): A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna

[7]Eclesiastés 10:19 (RV1960): Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.

[8]Isaías 55:1 (RV1960): A todos los sedientos: venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

[9]Lucas 5:1-9 (RV1960): Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía… Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él.

[10] Mateo 26:14-16 (RV1960): Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.

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