Para ver cumplidas las promesas de Dios en tu vida debes pensar, hablar, reaccionar y actuar como bendecido.
Para bendecirnos, Dios necesita que le creamos y no solo que creamos en Su existencia. Él espera que seamos imitadores de quienes han heredado Sus promesas por la fe.[1] Sin embargo, para ser imitadores debemos comprender que no todos heredan Sus promesas al mismo tiempo. Si Dios ya cumplió una bendición en alguien más, no debes ser envidioso. Se requiere humildad para reconocer que alguien ya logró eso que tú también anhelas y, si eres sabio, en vez de criticarlo lo imitarás.
Dios juró por sà mismo bendecirnos con abundancia.[2] La promesa que hizo a Abram nos alcanza[3] hasta nuestros dÃas. Durante una disputa por la tierra, Abram permitió que Lot tomara para sà toda la llanura del Jordán,[4] pues sabÃa que de cualquier forma serÃa bendecido por el Jehová.[5] Y es que cuando tenemos plena confianza en nuestro Padre no necesitamos pelear contra nada ni nadie, pues en Su debido tiempo Él se manifestará y confirmará esa misma promesa a tu descendencia del mismo modo como la confirmó[6] a Isaac a pesar de la envidia de los filisteos;[7] y también a Jacob, haciéndole fructificar.[8]
ConfÃa en Dios porque tarde o temprano vendrá el año que marcará un antes y un después en tu vida; y Él te bendecirá de tal manera que te van a envidiar. Las bendiciones llegarán como el agua en cualquiera de los pozos que abrió Isaac. Asà lo promete en Su Palabra;[9] sin embargo, para que verlas cumplidas también debes pensar, hablar, reaccionar y actuar como bendecido.
[1] Hebreos 6:12: A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
[2] Hebreos 6:13-14: Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sà mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
[3] Génesis 12:1-3: Pero Jehová habÃa dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
[4] Génesis 13:7-11: Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mÃ. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. 10 Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sà toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro.
[5] Génesis 13:14-18: Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allà altar a Jehová.
[6] Génesis 26:1-4: Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los dÃas de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente.
[7] Génesis 26:12-13: Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. Y todos los pozos que habÃan abierto los criados de Abraham su padre en sus dÃas, los filisteos los habÃan cegado y llenado de tierra. Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho. E Isaac se fue de allÃ, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allÃ. Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habÃan abierto en los dÃas de Abraham su padre, y que los filisteos habÃan cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los habÃa llamado. Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allà un pozo de aguas vivas, los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habÃan altercado con él. Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna. Y se apartó de allÃ, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra. Y de allà subió a Beerseba. Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo. Y edificó allà un altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allà su tienda; y abrieron allà los siervos de Isaac un pozo.
[8] Génesis 28:1-4: Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allà mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.
[9] Gálatas 3:13-14: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del EspÃritu.
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