19 de noviembre de 2024
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Dios quiere un corazón rendido ante su presencia, por eso nos busca y nos conduce en un proceso lleno de amor y de ternura para que no pongamos ídolos, ni levantemos altares en nuestra vida, porque el nombre de Dios es celoso.[1] Lo correcto es declarar: Dios, tú eres el primer lugar en mi corazón y yo decido darte mi adoración solo a ti.
Vivimos tentados a buscar bendiciones en lugares equivocados, pero la presencia de Dios bendice la familia, trae provisión y da la sabiduría para resolver las batallas de la vida diaria y eso está contenido en tu vida de adoración.
Asera era la diosa de la fertilidad para tener familia, baal quería adoración para bendecir los recursos de la tierra y adoraban al ídolo moloc para que les resolviera las batallas, enfócate en adorar únicamente a tu Creador diciendo: Dios, en ti encuentro bendición para mi vida, para mi tierra y tú me llevas de victoria en victoria.
Lo importante es que busques adorar al que te da los beneficios y no buscar los beneficios por medio de Dios. Que tu búsqueda en adoración sea para Dios y eso abrirá las puertas para ver los milagros y las bendiciones de Su presencia en tu vida. La adoración te acerca a la presencia de Dios, tú adoras y cuando lo haces tienes ese sentimiento interno en tu espíritu que Dios está presente en tu vida como lo hacía Moisés, que se transformaba en la presencia de Dios y su rostro se llenaba de luz.[2]
La adoración hace que tu expectativa, tu fe y tu seguridad cambien basado en tu identidad como hijo de Dios. Si Dios está presente en tu trabajo, cuando llegas a una cita médica, cuando necesitas algo, tu perspectiva de la vida cambia, pero es necesario que empieces adorando a Dios desde que amanece tu día.
La adoración renueva un espíritu recto dentro de nosotros y nuestro corazón se limpia de pecado mientras adoramos.[3] Somos transformados por el Espíritu de Dios que nos lleva de gloria en gloria mientras adoramos.[4] En la adoración recibimos nuevas fuerzas, es un proceso de fortaleza interna que genera nueva energía física.[5] La adoración renueva nuestras fuerzas y nos rejuvenece.[6] La adoración nos invita a acercarnos a Jesús, quien nos ofrece descanso y renovación en medio del agotamiento.[7]
La adoración trae beneficios internos en nuestro corazón, pero también provocará grandes cambios en el contexto donde nos desenvolvemos. La adoración une a la iglesia y edifica el cuerpo de Cristo con unidad[8], eso es algo especial y delicioso en armonía, que permite momentos memorables con la letra de canciones nuevas.[9] Además, la alabanza produce alegría y mientras se adora al Señor, Él agrega a los que han de ser salvos.[10]
Cuando hay adoración la mano de Dios se mueve para hacer milagros y se alcanzan victorias en las batallas institucionales o personales.[11] Cuando se adora al Señor la oposición se termina, así como los muros de Jericó cayeron al estremecerse con sonidos de trompeta y gritos del pueblo.[12] La adoración abre las puertas para recibir milagros, como el que ocurrió a medianoche cuando Pablo y Silas adoraban al Señor.[13]
Finalmente, hay un milagro de libertad de cualquier opresión, hay un milagro de sanidad para quienes reciben a Jesús en su corazón, porque cuando adoras la esclavitud se termina. ¡Levanta tus brazos en adoración y mira la mano de Dios sobre tu vida!
[1]Éxodo 34:11-17 (RVR1960): Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo. Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti. Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas. No te harás dioses de fundición.
[2]Salmos 22:3 (NBLA): Sin embargo, Tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel.
[3]Salmos 51:10 (RVR1960): Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí
.[4]2 Corintios 3:18 (RVR1960): Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
[5]Isaías 40:29-31 (RVR1960): Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
[6]Salmos 103:1-5 (RVR1960): Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios; Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias, el que redime del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila
.[7]Mateo 11:28-30 (RVR1960): Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
[8]Salmos 133:1 (RVR1960): ¡Mirad cuán bueno y delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
[9]Efesios 5:19-21 (RVR1960): Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo; sometiéndoos unos a otros en el temor de Dios.
[10]Hechos 2:46-47 (RVR1960) Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
[11]2 Crónicas 20:21-22 (NBLA): Después de consultar con el pueblo, designó a algunos que cantaran al SEÑOR y a algunos que le alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: «Den gracias al SEÑOR, porque para siempre es Su misericordia». Cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el SEÑOR puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados.
[12]Josué 6:20 (NBLA): Entonces el pueblo gritó y los sacerdotes tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo.
[13]Hechos 16:25-28 (NBLA): Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban. De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos. Al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron. Al despertar el carcelero y ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar, creyendo que los prisioneros se habían escapado. Pero Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.
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