Piensa lo que quieras

Al recibir a Jesús en nuestro corazón nacemos de nuevo y a partir de ese momento tenemos una nueva vida. Después de recibir la salvación lo más importante es renovar nuestro entendimiento para experimentar la voluntad de Dios. Si cambiamos nuestra manera de pensar podremos direccionar de una buena forma todas las demás áreas de nuestra vida.

Nuestros pensamientos pueden convertirnos en mejores o peores personas, dependiendo qué elijamos pensar.[1] Aunque no controlemos las circunstancias que nos rodean, sí podemos controlar la manera en que pensamos. Para que el plan del Señor se cumpla en nosotros tendremos que pensar diferente, alineados a Su Palabra y Sus promesas.

El psicólogo deportivo Bob Rotella decía: “La gente excepcional elige pensar sobre sí misma de una forma que contribuya a su éxito”. Para vivir de forma sobrenatural debemos pensar diferente al resto.

Una razón por la que las personas no se acercan a Dios es por la percepción equivocada que tienen de Él. La gente piensa que Él no perdonará lo que han hecho, por eso no tienen la confianza de acercarse. Los pensamientos son tan poderosos que pueden llegar a condicionar nuestra cercanía con el Señor. Hay un vínculo entre ellos y el rumbo de nuestra vida. Lo que pensamos determina hacia dónde nos dirigimos.[2] Si cambiamos nuestra forma de pensar cambiaremos nuestro destino.

Cuando alineamos nuestros pensamientos a los del Señor es inevitable experimentar Sus bendiciones. Buscarlo siempre traerá beneficios a nuestra vida.[3] Todos tenemos algún interés cuando nos acercamos a Él: ya sea que necesitemos perdón, fuerza, paz o salvación, si nos acercamos es porque necesitamos algo que solo Él puede darnos. Realmente no importa la razón por la cual nos acerquemos a Él, lo importante es que una vez cerca lo conozcamos tal como es.

Adoremos al Señor y recordemos los beneficios que recibimos al seguirle. Él perdona, sana, rescata, da Su favor, tiene misericordia y nos rejuvenece. ¡Buscarlo siempre traerá bendiciones a nuestra vida![4] Para experimentar Sus planes para nosotros debemos buscarlo primeramente a Él. Solo podremos vivir de Sus añadiduras cuando Él sea lo más importante en nuestra vida.

Dios piensa de una manera tan inusual que se nos dificulta creer que lo que nos dice pueda ser posible. Aunque no entendamos Su forma de pensar debemos confiar en Él. Si confiamos en Sus planes y pensamientos se nos facilitará adoptarlos para nuestro diario vivir. La única forma de experimentar paz y esperanza en medio de la adversidad es alineando nuestra forma de pensar a la de Él.[5]

Las circunstancias no deben determinar lo que pensamos, sino lo contrario. No somos dueños de lo que nos pasa, pero sí de nuestras reacciones. Siempre tendremos la capacidad de elegir en qué pensar.[6]

Experimentamos,[7] respondemos[8] y decidimos[9] de acuerdo con lo que pensamos. Si nuestros pensamientos son tan importantes, más nos vale pensar de forma correcta. Si queremos experimentar Su voluntad, buena, agradable y perfecta tendremos que renovar nuestra forma de pensar cada día de nuestra vida.

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[1] Proverbios 23:7: Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo.

[2] Isaías 55:6-9: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

[3] Isaías 55:10-13: Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.

[4] Salmos 103:1-5: Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.

[5] Jeremías 29:10-11: Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

[6] Filipenses 4:8-9: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

[7] Romanos 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

[8] Job 20:2: Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro.

[9] 1 Reyes 18:21: Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

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