29 de noviembre de 2010
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Todo lo que llevamos dentro fue programado por nuestros padres, la escuela, la adversidad o las circunstancias favorables. Esto me recuerda el proceso de formación de los diamantes que son carbón mineral de las profundidades de la tierra que absorbe energía durante millones de años. Cuando es extraído, no tiene color ni valor, pero es sometido a presión y calor para darle forma como el material más duro, cuyo nombre significa “indestructible”. El carbón opaco y negro llega a transformarse en piedra preciosa. ¿Qué te ha formado?, ¿qué tienes dentro? Si la vida te ha dado forma con presión y calor, seguramente es porque hay un diamante en tu interior.
Los factores externos no nos contaminan, son nuestros sentimientos y actitudes los que permiten que lo de fuera nos influya y domine (Marcos 7:15). El Señor me aclaró esto: “lo externo te afecta porque lo dejas entrar”. Dios pone dentro de ti algo fuerte, genuino y poderoso porque desea reflejarse sobre alguien a través tuyo. Así se cumplirá lo que dice la Biblia, nos pondrá sobre la mesa, seremos luz y no estaremos por debajo, sino por encima. Tener influencia en alguien o algo depende de lo que llevamos dentro. Purifiquemos aquello que nos impida ser lo que Dios quiere.
Todo lo malo y también lo bueno está dentro de cada uno.Ese problema de adulterio no es culpa de una mujer que se interpuso en el camino de la relación, es culpa de la persona que dio paso al pecado. No eres víctima de las circunstancias, tú decides lo que piensas y haces. Déjate influenciar sólo por lo bueno y santo. Si eres renovado, las circunstancias externas no deben dominar tu vida.
Debes darle tu corazón enteramente al Señor si quieres que tus resultados sean de bendición. Permite que te transforme. Cuando el corazón se desprotege, queda vulnerable a la angustia y abre la puerta para que cualquier factor externo te domine, como lo decía David en el Salmo 55:4. Un corazón adolorido es presa fácil para el diablo que lanza dardos para lastimarte. Yo hago lo que David hacía, presento mis conflictos delante de Dios para que me ayude a encontrar soluciones.
En el Salmo 42:5 vemos que David habla de su futuro de alabanza ya que sabía que lo venidero era mejor que lo presente. Nuestro futuro es mucho mejor en Cristo Jesús aunque lo externo diga lo contrario. Cree en la Palabra. Nada externo puede gobernarte si tienes al Señor en tu corazón.
Para fortalecer tu interior, espera en Dios y limpia tu corazón (Salmo 51:10). Nuestro corazón se renueva y fortalece con la fe. Ser cristiano no te aleja de lo externo, pero garantiza que no te afecte. Los diamantes más valiosos son los que tienen menos impurezas. Son clasificados por su peso, color, corte y claridad. A mayor transparencia y menor cantidad de rastros de carbón, más valor. Solo quienes se mantienen en santidad son utilizados por Dios. La presión de hoy, lo que te atribula es la oportunidad para formar algo precioso. Dios lo hará si lo crees.
Busca la paz y descanso que dan los caminos del Señor (Salmo 122:7). Ve a la Palabra para ser formado como piedra preciosa. Dios desea darte fortaleza y reposo porque te acompaña en todo lo que emprendes. Cierra tu puerta por dentro. No permitas que entre nada que te robe la paz del Señor (Salmo 147:13). Hecha llave a las angustias y sé libre de los factores externos que te contaminan, evitando que vivas plenamente en Cristo.
Si le cierras la puerta al Señor y se la abres al mundo, vivirás como un carbón y terminarás “quemado». Si quieres terminar con honra y largura de días, si anhelas que te vaya bien en todo lo que emprendas, deja entrar a tu corazón sólo aquello que Dios tiene para ti.
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