12 de mayo de 2019
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A veces creemos que a Dios no le interesan nuestros anhelos y deseos, pero su presencia está con nosotros y no estamos solos. En medio de nuestros problemas, alegrémonos porque el Él nos llevará al puerto deseado[1] por el que hemos orado.
Somos como barcos en medio de un océano lleno de posibilidades, adversidades, complejidades y peligros. Para estar seguros, la clave está en saber qué debemos llevar siempre con nosotros para navegar en altamar. Por eso quiero presentarte estos cinco elementos que nos mantendrán a flote.
Muchas veces hemos tenido que navegar contra la corriente, pero nuestro Padre nos ayudará a navegar con el viento de su Espíritu a nuestro favor. Los tiempos de Dios se cumplirán y no los determinará alguien más, así que no te arriesgues a zarpar o a seguir navegando por la vida sin estos cinco elementos y te aseguro que por cuanto has creído y permanecido fiel, tu barca no se hundirá y llegará a puerto seguro.
[1] Salmos 107:23-30 (PDT): Hubo quienes salieron a cruzar el mar en barcos; se fueron a atravesar el océano para comerciar, y vieron las obras que hace el Señor, sus maravillas en alta mar. Dios dio la orden y se desató una tormenta, las olas se hicieron cada vez más grandes; fueron levantados hasta el cielo y arrojados a lo profundo del mar. Se marearon y vomitaron mucho; resbalaban y caían como si estuvieran borrachos; de nada les servía su habilidad de navegantes. Entonces en su angustia pidieron ayuda al Señor, y él los libró de sus dificultades. Cambió la tempestad en brisa; calmó las olas. Se alegraron al ver el mar calmado, y Dios los guió al puerto deseado.
[2] Génesis 6:5-6: Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
[3] Génesis 6:8: Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
[4] Juan 14:4-6: Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
[5] Hebreos 6:19: La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo.
[6] Hebreos 11:7: Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
[7] Génesis 6:13-16: Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.
[8] Génesis 7:5: E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.
[9] Oseas 11:4: Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.
[10] Eclesiastés 4:12 (NTV): Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.
[11] Génesis 8:16: Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca.
14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.
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