12 de junio de 2010
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Hebreos 13:7-8 aconseja: Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Este pasaje nos enseña sobre las personas de quienes es necesario tomar ejemplo de fe. Los pastores y líderes debemos tener Palabra, revelación, doctrina y Rhema para compartir. Personalmente oro y me preparo continuamente. Siempre estoy anotando ideas puntales que el Señor desea transmitir. Alguien que me vio haciendo esto antes de una prédica me dijo: ¿tan rápido te preparas? Y le respondí que no. Vivo preparado, escuchando al Señor constantemente pero antes de una prédica estructuro las ideas para dar un mensaje claro porque mi preparación no se origina de leer rápidamente dos o tres libros, sino de escuchar Su voz. La Palabra de Dios se busca delante de Su presencia.
Nuestro templo queda lejos y es un esfuerzo venir hasta acá para ser edificados, así que mi trabajo es buscar Su Palabra para ser de bendición en mi familia y mi congregación.
Primero es la Palabra y luego los resultados indispensables que la hagan evidente. Nadie confiaría en el mensaje del Señor sin esas muestras palpables de Su poder. Muchas personas dijeron que Casa de Dios no crecería en el lugar donde decidimos construir el templo pero gracias al Señor, no hemos dejado de crecer. En internet llegamos a ser la página cristiana más visitada en el mundo y en televisión tenemos un excelente rating. Cuando iniciamos el modelo de Jesús teníamos fe en crecer y ahora tenemos más de 4,500 grupos en casa. Al construir nuestro primer templo fuimos fieles en lo poco y ahora, sobre mucho nos habrá de poner porque estamos construyendo otro más grande y mejor equipado.
Como pastores, nuestros resultados de la fe son manifestación de una responsabilidad cumplida delante de Dios y delante del pueblo que pastoreamos. Todos como cristianos debemos tener resultados y demostrar que la Palabra que escuchamos es buena y efectiva. La gente quiere ver a un cristiano trabajador que lee la Biblia y también es el primero en quedarse en la oficina cuando sea necesario porque debes dar testimonio en todo momento. No seamos como la higuera a la que Jesús se acercó que tenía hojas pero no frutos. Debemos creerle al Señor siempre, incluso cuando estamos en medio de un proceso difícil que no comprendemos.
Imita la confianza de los hombres de Dios, recordando que la fe es certeza de lo que se espera y convicción de lo que no se ve. Yo emprendo proyectos y creo en que podremos verlos culminados porque son parte de la obra del Señor. Nadie imita a quien no admira así que como líderes debemos ser ejemplos dignos de admirar e imitar. Cierta vez, presenté a dos personas diciendo que el amigo que me acompañaba admiraba a quien nos habíamos encontrado. Cuando esta persona se levantó, mi amigo me preguntó: “¿por qué dijiste que lo admiraba?” Yo le respondí: “porque siempre hablas de las grandes cosas que hace y eso es admirar, ya que no creo que lo digas porque lo envidies”.
Tampoco se puede imitar la fe de alguien que no tiene tus mismas convicciones así que busca líderes a quienes admirar para aprender de ellos e imitarlos en su fe. Romanos 12 dice que Dios le ha dado a cada uno su medida de fe, es decir que todos tenemos la nuestra pero la Biblia también dice que imites la fe de tu pastor que tiene Palabra y resultados. Imitarla es actuar en lo que te corresponde como si fueras la persona a quien admiras. Entonces, trabaja en tu oficina, actúa en tu familia y en tu grupo en casa con la misma fe que me mueve a realizar las cruzadas de Noches de Gloria. Si te invitan a orar por un enfermo en el hospital, no digas: “llamaré al pastor Cash” sino: “imitaré la fe de mi pastor y Dios me usará de la misma forma”. Eso es imitar la fe.
Replica los modelos valiosos que demuestran fortaleza y convicción en el Señor. Yo no imito a quienes se rinden frente a la adversidad de una crisis económica; si pensara de la misma forma nuestra iglesia no saldría adelante. Mejor cambiemos los papeles e imita la constancia y fe que demuestro a iniciar grandes empresas en el nombre del Señor. Yo también soy humano, soy guatemalteco y vivo los mismos problemas de inseguridad y caos pero los enfrento con una actitud positiva y llena de fe. La Biblia testifica que los hombres de Dios vivían en un contexto difícil y la fe era lo que tenían en común. Encontraron el respaldo divino cuando le creyeron y nos demostraron que podemos imitarlos actuando de la misma forma.
Vivir por y para la fe
Romanos 1:17 explica: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Este pasaje nos enseña sobre dos aspectos, el primero es creer que la revelación es cierta “por fe” y lo segundo es creer que esa revelación es para ti y actúa a tu favor, es decir “para fe”. Nuestra convicción debe ser creída y demostrada, debemos actuar por y para la fe. No es lo mismo decir que eres evangélico a decir que vives en el Evangelio. Para mostrar resultados, debes tener fe y decir: “he nacido de nuevo por el Espíritu de Dios y creo en Jesús como mi Señor y Salvador, soy una nueva criatura y las cosas viejas pasaron porque todas son hechas nuevas”. Por ejemplo, en fe crees en las promesas y cuando estás enfermo crees que por su herida fuiste curado. Yo creo en la Palabra de Dios y vivo según esa fe. El Evangelio se revela por fe y es para creerlo, además de ponerlo en práctica.
Habacuc 2:4 dice: He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
Todos vivimos por nuestra fe que en hebreo significa fidelidad. Tener fe en Dios es expresarle fidelidad y creer lo que dice. Tu fidelidad falla cuando dudas de que lo que está escrito se aplica a tu vida. El segundo significado que encontré de la palabra “fe” es “firmeza”, las personas que creen se mantienen firmes y estables, sin fluctuar. En inglés esa palabra se traduce como “steady” que me hace recordar las “steady cam” que utilizamos en TV y que son capaces de seguir una acción y grabar la imagen con estabilidad, sin importar cuánto sea el movimiento. Esas son las cámaras que utilizamos en las Noches de Gloria donde las personas corren, saltan y bailan de alegría al recibir su milagro. Cuando alguien tiene fe, se mantiene firme sin importar la fuerza de la tormenta porque su mirada permanece fija en el Señor, autor y consumador de la fe. Esa estabilidad es la que le faltó a Pedro cuando caminó sobre las aguas y ya no vio al Señor en medio de las olas. Por el contrario, a Moisés nunca le falló la firmeza de su fe y se sostuvo estable “como viendo al invisible”. No permitas que el “steady” te falle en medio de las dificultades, mantén tu mirada fija en el Señor y no fluctúes entre lo espiritual y lo material, lo de arriba y lo abajo, lo celestial o terrenal.
Utiliza tu fe y confía en el Señor por encima de tus propias capacidades. Todos los hombres de los que nos habla la Biblia lograron sus hazañas por fe y para fe. Para levantar una nación, Abraham no pidió crédito en un banco sino que creyó en la promesa del Señor. David llegó a ser rey confiando en Dios que lo sacó de la cueva donde se encontraba y lo transformó. Cada uno de los hombres de la Biblia acudió al Señor que fue su recurso y refugio. La fe los llevó al éxito porque esa pequeña palabra de una sílaba contiene todo el secreto del reino de Dios.
Hebreos 10:35-39 aconseja: No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
Todas las recompensas del Señor dependen de nuestra confianza y mientras Él viene, debemos vivir por fe ya que no le agrada ver que retrocedamos y desea ver que crecemos. El justo vive por su fe y podría morir por sus dudas. Lo que la fe puede hacer vivir, la duda puede hacer morir. Pedro caminó por su fe y se hundió por sus dudas. Cree siempre y ante cualquier situación por difícil que parezca porque eso te dará vida, ánimo y energía para luchar. La fe nos ayuda a pensar mejor, nos levanta e impide que nos acomodemos. Por el contrario, cuando dejamos de creer nos sentimos tristes, enojados y frustrados. Dios necesita nuestra paciencia y constancia porque debemos recordar que la fe es certeza de lo que se espera y “certeza” es sustancia, elemento básico y primario que conforma algo bueno. La fe es para la vida lo que la tierra para el cuerpo constituido por minerales naturales. La fe es elemento del cual todo es creado. Un matrimonio necesita más fe que aprendizaje en cursos especializados; superar las circunstancias requiere más fe que conocimientos y las enfermedades incurables, requieren más fe que ciencia.
Héroes en la fe
Abraham, Josué, Isaac, Noé, Sara, Jacob, Esaú, Moisés, David, Jefté, Sansón, Barak y los profetas de los que nos habla la Biblia son héroes de la fe. Si los reuniéramos en una conferencia, todos dirían que no tenían nada más que confianza en el Señor que los levantó e hizo vencedores, igual que tú y yo.
Hebreos 11:1-4 explica: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Abel fue el primero en obrar por fe al ofrendarle al Señor. Yo no puedo construir un arca, derribar muros, restaurar una cuidad, cruzar el mar rojo, matar a 850 falsos profetas o llevar a mi congregación al desierto durante 40 años para que coman el Maná del cielo. Lo único que puedo hacer es ofrendar como Abel y actuar según esa demostración de fe que continúa vigente y agrada tanto al Señor. Imita mi fe y ofrenda convencido de que recibirás las bendiciones que tiene para ti. Créele y dile que tienes lo mismo que tuvieron aquellos, porque te ha dado la misma fe que a Isaac, Enoc, Abraham, Jacob, Moisés, David, Sansón y a tu pastor Cash Luna. Vive por fe, úsala para alcanzar tus metas y dale la gloria al Señor que te la ha obsequiado.
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