14 de mayo de 2024
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Existen casos registrados de personas que han vuelto a la vida después de morir, ese acontecimiento en una persona le tiene que cambiar la manera de ver el mundo, la forma de pensar y de actuar en la vida. La pregunta es: ¿Cómo cambia la vida de una persona que ha vivido esta experiencia? Cómo viviría después de la experiencia, si pasó de la muerte a la vida, seguramente será algo trascendental.
Como creyentes en Cristo fuimos trasladados de las tinieblas a la luz admirable y eso no solo cambia nuestra vida, también impacta la vida de quienes nos rodean. Así ocurrió con Lázaro cuando volvió de la tumba.[1] Lázaro se volvió un espectáculo, toda la gente quería ver al muerto que estaba vivo. De igual manera, la gente no solo vendrá a ver a Jesús, querrá ver a todos los que han nacido de nuevo y están volviendo de la muerte desde su vida pasada, pues ahora son un milagro viviente.
Lo que Dios está haciendo contigo es para testimonio, es para la gloria de Dios y mucha gente vendrá al conocimiento de la verdad porque el mundo estará lleno de Lázaros. Eso la gente no puede manejarlo, ahora querían darle muerte a Lázaro, pero a alguien que ya estuvo allí, eso no le tenía preocupado.
Existen dos cosas que debe conocer y creer todo cristiano. La primera es que Jesucristo manifestará su reino en su totalidad y vendrá un tiempo de cielo y tierra nueva con la restauración de todas las cosas. La segunda es que tenemos que creer en el poder de la resurrección de Jesús y que seremos resucitados juntamente con Él, pero esa experiencia no es una experiencia únicamente para el más allá, esa es una experiencia para el más acá, desde el día donde tú y yo comenzamos a ver nuestra vida transformada y cambiada por el poder de Dios.
Jesús hizo tres milagros de resurrección, la hija de Jairo que acababa de morir, el hijo de la viuda de Naín que tendría unos tres de días de muerto y a Lázaro que llevaba unos días de haber muerto y cuatro de haber sido enterrado. Esto demuestra que el poder de la resurrección opera para lo que acaba de morir, lo que lleva unos días y lo que lleva mucho tiempo de haber muerto. Antes de morir la vida de Lázaro no intimidaba a nadie, al resucitar se volvió una amenaza para el sistema, hasta lo querían matar.
Cada cristiano transformado causará una de esas dos cosas, hará que conozcan a Jesús y muchos más resuciten o será aborrecido por otros, pero no hay términos medios. A uno que ha resucitado ya no le importa lo que diga o piense la gente, nada lo podía intimidar y menos las amenazas de muerte. Nada lo podía callar, pues había pasado los peores momentos de su vida y el miedo ya no lo controlaba.
Revisemos nuestra cristiandad, no solo quedemos como simpatizantes del cristianismo, volvamos de la muerte a la vida. Debemos vivir como un resucitado en Guatemala, sabiendo que la gente va a creer en Jesús. Dos cosas van a ocurrir por lo que Dios hace en tu vida: alguien va a conocer a Jesús, alguien más verá la gloria de Dios por el poder del Espíritu Santo que habita en nuestra vida. La neutralidad se irá, serás una amenaza por tu testimonio de transformación, pues estuviste muerto y ahora vives para Dios.
La pregunta es ¿cómo comenzamos a pasar por este proceso hasta llegar a ese nivel? Jesús fue a la tumba para gritar Lázaro sal fuera y el que había estado muerto salió atadas las manos y los pies con vendas y el rostro envuelto en un sudario.[2] Varias cosas ocurrieron: una fue que removieron la piedra que tapaba la tumba, pasaron el riesgo de sentir el mal olor del muerto, pues no entraron a buscarlo. Pero el muerto salió tal como estaba. Eso es lo que tenemos que hacer, quitar la piedra que nos limita el milagro y oculta lo que deseamos cerrar, creer que el mal olor de lo escondido de nuestra vida será limpiado y venir a Jesús tal como estamos. Pasar de la muerte a la vida, de lo oculto a lo visible, del mal olor a la fragancia, de las ataduras a la liberación completa.
Para algunos significa oír el llamado de Jesús y salir tal como están, para otros empezar a servir con pasión y gratitud, traer una ofrenda, testificar lo que Jesús hizo sin miedo y ver la gloria de Dios con la transformación de tu vida. Atrévete a enfrentar las amenazas del mundo, si no te pudieron acabar la primera vez, nadie te podrá hacer frente en este tiempo, iremos de gloria en gloria, de victoria en victoria, de bendición en bendición.
[1]Juan 12:9 (RVR1960): Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos.
[2]Juan 11:38 al 44 (RVR1960): Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
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