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¿Cómo renovar la mente?

20 de enero de 2010

Tiempo de lectura: 6 minutos

 

 

 

 

Lucas 10:27 nos instruye: Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.

Hay que amar a Dios con todo, incluyendo la mente, es decir que nuestros pensamientos deben someterse a un proceso de renovación. Dios puede multiplicar los buenos pensamientos en bendiciones abundantes pero si a diario tenemos más pensamientos negativos que positivos, los resultados serán malos. Los pensamientos nos gobiernan, durante el día definitivamente dedicamos mucho tiempo a pensar, incluso más que a orar. Constantemente tomamos decisiones y si no sabemos cómo pensar, no obramos bien y lo que tenemos en mente nos estorba para recibir aquello que el Señor quiere darnos.

Salmo 139: 17  nos habla sobre los pensamientos de Dios: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!

Los pensamientos de Dios son preciosos, es decir, tienen un precio muy alto. Además, son muchos. La Palabra dice que debemos tener la mente como la de Cristo, con muchos pensamientos valiosos.

Salmo 139: 18 culmina con la gran promesa: Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo.

Dios multiplica lo que piensas, por eso debes pensar cosas buenas. Si piensas en lo malo, eso es lo que el Señor multiplicará. Cuando ministro a la gente, veo que los malos entendidos se originan de malos pensamientos y éstos provocan divisiones que se reproducen  al infinito.  Los conflictos, el desánimo, rencor y enfermedad se multiplican a consecuencia de un mal pensamiento.  La mente del ser humano asume lo malo muy rápidamente y debería cambiar hacia lo bueno que también puede multiplicarse en cosas positivas.

Cómo renovar  nuestro entendimiento

Imaginemos que nos falla la computadora con la que trabajamos. Si tenemos suerte, podemos darle mantenimiento y reinstalarle los programas, pero si ya está muy desgastada, habrá que cambiarla.  En cualquier caso, es necesario borrar lo que tiene en el disco duro y renovar el contenido. Cuando aprendí computación,  no existía el Windows de Microsoft sino que el sistema operativo era DOS.  Si por equivocación se le tecleaban dos comandos contrarios, la máquina se trababa y era necesario reiniciar todo.  La ambigüedad confunde.

Muchas veces nos levantamos optimistas y llenos de energía, con deseos de hacer todo bien en el señor, pero luego, durante el desayuno, leemos las noticias y empezamos a contaminar nuestra mente. Al escuchar al mundo, alimentas tu pensamiento con cosas que compiten  con lo que Dios quiere que pienses, entonces, se inicia un conflicto en la toma de decisiones. A todos nos pasa aunque no es recomendable. Debes ser renovado en el entendimiento, la mente y los pensamientos. Hay que borrar todo y empezar de nuevo, enfocándonos en lo bueno y positivo.

Romanos 12: 1-3 aconseja: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

No conformarse con este siglo significa que no debemos quedarnos con los pensamientos mundanos e imitar lo malo. Es verdad que enfrentamos una crisis pero tu mente debe enfocarse en lo bueno y las oportunidades de superación.  Cambia tu mentalidad aunque eso te haga parecer diferente a los demás. Lo peor que puede pasar es que te llamen loco, pero si es por tener buenos pensamientos, sería maravilloso. La Palabra dice que el evangelio es locura, así que bienvenido al mundo extraordinario del Señor que hace lo imposible. Las obras de fe que puedas emprender son producto del pensamiento renovado que tengas.

Convertirse en un hombre nuevo

Romanos 7:15-21 dice: Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

Antes de conocer al Señor Jesucristo, nuestra naturaleza era mala y corrupta pero luego cambiamos.  A veces podemos sentirnos desorientados porque queremos el bien pero no lo hacemos. Cuando das una instrucción ambigua, quien debe ejecutarla se detiene y te pide que seas más claro. Nos sucede igual, cuando nuestros pensamientos y acciones son contrarios, nos estancamos. Hay momentos cuando vemos que todo se detiene, sentimos que nuestra vida no avanza, la célula no crece y los negocios no prosperan. Esto sucede porque tenemos pensamientos contradictorios que nos detienen. Para poder avanzar y sentir que todo fluye hacia buen puerto, renueva tu pensamiento y aléjate del pecado.

Deléitate en la alabanza y en la Palabra pero especialmente ponla en práctica desde tus pensamientos.

Romanos 7: 22-23 continúa hablando sobre nuestra inclinación al pecado: Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Ponle un alto a la vieja naturaleza. Elimina  al viejo hombre y renuévate, desecha todo lo que te ate al pecado. Al iniciar un nuevo año o un nuevo período, tenemos metas, propósitos y anhelos.  Piensas en perder peso pero tienes en mente los chicharrones que  almorzarás. Esa guerra de pensamientos es la que no te deja convertirte en una persona nueva. La misma ambigüedad se manifiesta cuando luchamos entre el pecado y santidad o cuando nos debatimos entre la fe en las Promesas o el pesimismo del mundo. Si Dios te dice que prosperarás y te bendecirá, créelo y llena tu mente con ese pensamiento aunque  las circunstancia te digan que todo irá mal.

Los pensamientos compiten y debes darle la victoria a todo lo bueno y santo. Empieza un proceso de renovación de tu mente para liberarte de esa vieja naturaleza del pecado que te ata y te estanca en un lugar.

Jesús, nuestro libertador

Romanos 7: 24-25 nos revela a quien puede liberarnos: ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Jesús puede liberarte del viejo hombre y darte una nueva naturaleza que busque Su voluntad.  Este es el año de la renovación de tu mente y la multiplicación de los buenos pensamientos que el Señor tiene sobre ti. Empieza a pensar bien y obtendrás resultados positivos. Decide ser libre de la vieja naturaleza que te lleva al pecado y te obliga a tomar decisiones en la carne y no en el espíritu. En Cristo Jesús, libérate de ese vicio que te esclaviza, sé libre de esa enfermedad que te aqueja porque por Su llaga somos sanos.

Paz y vida en abundancia

Romanos 8:5-10  Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.

Debemos caminar hacia a Dios, agradándole con cada paso que damos.  Todos queremos vida y paz, para alcanzarlas debemos ejercitar nuestro pensamiento y tener la mente de Cristo. Busca pensar como Él. Ejercita la autoridad que Dios te dio cuando lo aceptaste como Señor y Salvador.

Para evaluar tu mente, escribe por lo menos cinco pensamientos positivos sobre ti, sobre tu cónyuge, tu familia y trabajo; si no eres capaz de hacerlo, es momento de hacer un alto en el camino y renovarte. Tus buenos pensamientos deben tener siempre el primer lugar. Antes que el temor y la amargura deben estar la paz, el gozo y la alegría.

Haz un pacto con Dios y contigo mismo, saca todo lo malo,  desecha la información que no sirve. Borra tu disco duro, límpialo y empieza a alimentarlo de las Promesas y la Palabra.  Piensa las cosas correctas y buenas que agradan al Señor, llénate de pensamientos de fe y bendición.   Declara que tu mente será libre y te renovarás a través de un proceso que te llevará de la vida natural en el pecado a la vida sobrenatural de la santidad.  Todo lo que estorbe será quitado y en tu mente quedarán sólo pensamientos  que edifiquen tu vida. Piensa y actúa como hijo del Padre que todo lo puede.

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