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Ungidos para matar gigantes

Ungidos para matar gigantes

03 de marzo de 2010

Tiempo de lectura: 7 minutos

 

 

 

1ra. Samuel 16:11 relata: Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.

Es curioso que el profeta dijera que nadie podía sentarse a la mesa hasta que David llegara pero así fue porque su lugar estaba apartado.

Ninguno podía disfrutar del banquete hasta que él llegara. Si David estaba inseguro sobre la forma de culminar el Salmo 23, en ese momento se convenció que debía poner: Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida ,y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Nadie se sentará a la mesa hasta que tú llegues. No te preocupes si otros se adelantaron a la fiesta, nadie comerá de lo que Dios ha preparado para ti. Tal vez el mundo, como los familiares de David, piensa que no deberías estar donde estás, pero el Señor tiene un  tiempo preciso para que tomes tu lugar y asumas tu liderazgo.

1ra. Samuel 16:12 continúa: Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.

En otras ocasiones Dios le dijo al profeta  que no se fijara en la apariencia, pero con David fue diferente. Nosotros debemos ser dignos representantes del Reino. Comprende que eres valioso, no menosprecies lo que proyectas.  El Señor ve tu interior tanto como el esmero que pongas en presentar tu mejor imagen.

1ra. Samuel 16:13: Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

A partir de ese momento, David ya no fue el mismo aunque continuara ocupándose en la tarea de cuidar ovejas. Imagina su ansiedad por ser apreciado. Cuando lo mandaron a llamar, seguramente dijo: “este es mi momento, ahora mi padre reconocerá que soy valioso”. Pero continuó pastoreando, escribiendo poderosos salmos ante un público  de ovejas que simplemente le decía: beeeee”. La diferencia era que luego de esa noche, él ya estaba ungido y aunque se dedicara a lo mismo, su vida había cambiado. Igual te sucede ahora. Aunque hagas el mismo trabajo, si tienes la unción contigo, ya no eres el mismo. La promoción de Dios en nuestra vida se hace evidente poco a poco. Antes de conocerle trabajabas dependiendo solo de tus habilidades, pero al llegar a Sus  pies y descubrir Su propósito para ti, comienza a sacarte del anonimato y desarrollas tu liderazgo. No importa que tu tarea continúe siendo la misma porque ahora el Espíritu de Jehová está sobre tu vida y te ayudará a vencer gigantes.

Victoria que trae recompensa

1ra. Samuel 17:22-25 continúa: Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? El se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.

A David le interesó el gigante cuando supo que había una recompensa por derrotarlo. Hay que saber diferenciar a los gigantes de las oportunidades de crecimiento. Por ejemplo, nuestra familia no es un gigante a vencer, sino una oportunidad de crecer. Ellos te enseñan a ser humildes, te hacen ver tus errores, te critican y te ayudan a formar carácter. Cuando yo estoy de viaje, en el país donde voy me tratan con esmero y me atienden de maravilla, soy como una súper estrella porque incluso me piden autógrafos, pero en cuanto vuelvo a casa, pongo los pies sobre la tierra y me enfrento a la rutina de resolver problemas y asumir responsabilidades. Si me trataran igual que en el extranjero, nunca bajaría de las nubes. Por otro lado, los gigantes son enemigos a los que hay que vencer porque de ello depende recibir tu recompensa. Cuando David escuchó que recibiría algo si derrotaba al gigante, también recibió valentía para luchar y triunfar.

1ra. Samuel 17: 26: Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

En este versículo, David comienza a nombrar a Dios. Como ya estaba ungido, fue capaz de vencer al oso y el león.  Lo mismo sucede con tu vida, debes vencer al oso y al león para estar preparado ante el gigante. El león representa al mundo y las tentaciones carnales que nos acechan. Él enemigo es como un león rugiente que busca tu debilidad para atacarte por la espalda y cuando estás solo, porque se abalanza sobre los más débiles. Por el contrario, el oso que inverna, se para en dos patas y ataca de frente.  Éste representa tu carne, que no siempre es un problema, pero de vez en cuando te ataca. Puedes ser muy espiritual y vivir según lo que el Señor manda pero en cierto momento sientes el impulso de vivir en la carne como lo hacías antes de conocerlo. Tal vez se te antoja ir a las fiestas que frecuentabas o hacer las cosas que acostumbrabas.

Aunque te sientas débil en tu carne, ahora tienes la poderosa unción que te ha posicionado para vencer al oso y al león en los secreto. Si lo logras, entonces estás preparado para vencer al gigante en público.

Muchos preguntan por qué no los han promovido o han pasado a otro nivel si la unción los acompaña, la razón es que aún tienen ciertas cosas que resolver en la oscuridad antes de poder enfrentar a Goliat en público. Mi vida era más fácil cuando no salía en TV y aún no era una figura pública que tenía los ojos del mundo encima. Si aún estás en el anonimato es porque todavía te falta vencer leones y osos que te asechan. El famoso golfista Tiger Woods por ejemplo, tuvo que ventilar sus debilidades con las mujeres en público. Lo triste fue que se hizo millonario con una imagen que no era correcta y se engañó a sí mismo pensando que su secreto nunca saldría a la luz. Nosotros también tenemos cuestiones que resolver pero la diferencia es que no estamos tan expuestos y no tenemos que hacerlo frente a millones de personas que están al pendiente.

Personalmente debo pelear con el león del coraje. El Señor no me sacó de drogas y vicios extremos pero me libró de un resentimiento interno que no me dejaba vivir. Siendo hijo de un pastor, todos en la escuela me molestaban, criticaban a mi padre y yo sufría mucho, guardando un rencor muy profundo hasta que el Señor me salvó. Antes, vivía frustrado pero ahora, cuando ese oso quiere salir, me encierro  para que nadie me vea y resuelvo mi conflicto porque no quiero defraudar a quienes confían en mí. He aprendido a dominarme en lo oculto para salir a vencer al gigante.

Guerra espiritual

David tomaba a las bestias por la quijada y los vencía, de la misma forma lo hizo con Goliat. Por la boca se vence a los enemigos. Dice la Palabra que el filisteo llevaba 40 días hablando, gritando y amenazando al ejército de Israel.

17: 41 -42 dice: Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a
David por sus dioses.

Esta fue la última vez que el gigante habló porque luego fue obligado a callar por David que no toleró que se metiera con Dios. El peor error de Goliat fue elevar la guerra natural al plano espiritual. El Goliat que amenaza tu vida se callará cuando tú hables.  La gente puede decir que estás loco pero esa es la única forma de vencer a los gigantes, hablando  de Dios, siempre, de día y de noche. Camina para el Señor, cocina en Su presencia, evangeliza, habla y habla de Su amor. Él debe ser lo único en tu vida porque está contigo.

David no tenía ninguna oportunidad ante ese guerrero enorme y bien armado, pero en el momento que lo maldijo por sus dioses, desató su ira y  se cumplió el plan que Dios tenía para él. Pelea tus batallas en el mundo espiritual, nunca en el mundo natural. Cuando estés saturado del Señor, comienza a declarar todo lo que le sucederá a ese gigante que te amenaza. David lo hizo, le dijo que lo mataría, picaría su cabeza, le daría su cuerpo a las aves y vencería a todos lo que venían con él.  Cuando te digan que habrá despidos en tu trabajo no pienses que serás tú el despedido que luego perderá su casa y a su familia. Por el contrario, piensa que si te despiden será porque hay algo mejor para ti y prosperarás junto a tu familia como nunca antes. Pero sólo un hombre saturado de la presencia de Dios, que venció al oso y al león, es capaz de advertir a Goliat lo que le sucederá.

Goliat seguirá hablando en tu vida mientras te quedes callado porque no estás saturado de la presencia de Dios. Declárale a esa deuda que la pagarás pronto, tendrás ahorros y todo lo bueno sucederá. Goliat se callará cuando encuentre a un pueblo lleno del Señor que lo vea a los ojos sin temor y lo amenace porque se ha metido con los ungidos que han vencido a los osos y a los leones.

Si te dicen que estás loco, dale gloria a Dios por esa locura que te hace crecer y ser mejor. Debes ser radical y darle gracias al Señor porque te han lavado el cerebro en la iglesia y te han dado nuevos pensamientos de gozo y confianza en las promesas del Padre. Créelo y decláralo, vencerás a Goliat paso a paso porque Dios está contigo. No huyas, atrévete a darle la batalla y el Señor te dará la victoria. Yo leo la Biblia, escucho Palabra,  me saturo y no dejo de atenderle porque sé que es la única forma de vencer al enemigo. Ese problema que te perturba huirá si te atreves a declarar que el Señor está a tu lado. Silencia al Goliat de tu vida con palabras de autoridad y declara en el nombre de Jesús que Su gloria será vista sobre ti y darás testimonio de Su poder y majestad.

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